Después de leer y disfrutar ese maravilloso libro que es La mano de la buena fortuna, también de Petrovic, y tras meses esperando que saliera a la venta Atlas descrito por el cielo, me lancé en plancha a la librería para comprarlo. E inmediatamente lo comencé para descubrir que era lo más aburrido y carente de sentido que había leído en años. Y en esos días aprendí dos lecciones:
1. Que nada garantiza que el resto de libros de un autor que haya escrito un libro bueno vayan a tener un mínimo de calidad.
2. Que un argumento original e imaginativo si, curiosamente, no está bien hilado a la realidad, con claves que nos permitan comprenderlo y apreciarlo, puede convertirse en algo ininteligible.
Acabé el libro con la sensación de que me habían tomado el pelo. Ya no se trataba de que el primero que leí de Petrovic fuera estupendo y este no correspondiese a lo que yo esperaba de él, era la sensación de que el autor había despreciado al lector a la hora de escribir el libro, una especie de todo vale, como si tener imaginación y buenas ideas hubiera sido suficiente sin tener que esforzarse en escribir una historia y procurar el acercamiento a quien lo lee.
Me resulta más difícil criticar una novela que alabarla porque pienso que todos los libros tienen algo positivo, y que este libro me sorprendiera por malo no significa que todo en él sea terrible, al contrario, como he dicho antes la imaginación de Petrovic es prodigiosa, la idea era buena, la escritura es poética, y en su desarrollo está repleto de detalles curiosos: se trata de un grupo de personas (sin relación de parentesco entre sí) que viven en una casa a la que deciden quitar el tejado para que el techo sea el cielo, lo que provoca críticas entre los vecinos y las llamadas de atención de las autoridades. Hasta ahí suena transgresor, curioso y parece una novela que promete. Luego se va difuminando toda la fuerza de esa primera premisa y no se sabe muy bien qué ocurre, los personajes son gente extraña que no nos provoca ninguna empatía, hay unos espejos con poderes mágicos y un libro infinito llamado Serpentiana que no entendí para qué estaban allí. La narración se fragmenta, la primera e interesante intención se diluye, aparecen pasajes independientes en los que se describen cuadros, sueños. Hay un trozo de pieza teatral...
Lo dicho, originalidad no le falta, si lo considero malo no es por eso, ni por mal escrito, sino porque pienso que Petrovic, en su ansia de escribir algo fuera de lo común, se olvidó de nosotros, humildes lectores terrenales, que necesitamos algo más que fantasía pelada y bonitas palabras para disfrutar de una historia.
Jajaja, y yo rompiéndome la cabeza por encontrar un libro que me hubiera sorprendido por malo...
ResponderEliminarNo recordaba absolutamente nada, Lola, pero me has traído a la mente ese inicio prometedor (ni siquiera lo terminé de leer). :/
Beso.
Uf, qué tiempos... ¡y qué rabia me dio haberme gastado el dinero en un libro tan decepcionante!
ResponderEliminarPero compensa pensar lo que disfrutamos con el anterior: "La mano de la buena fortuna", ¿eh? XD
Pasando del Atlas entonces, vale, pero ¿de qué va "La mano de la buena fortuna"? Me habéis dejado muy intrigado, y si os digo la verdad, las reseñas y comentarios que leo por ahí, en Internet, no me lo dejan demasiado claro, y siento decir, más bien me echan para atrás... ¿Vosotras me recomendáis que lo lea? ¿Por qué? ;-D
ResponderEliminarYo, en cambio, os alejaría de "Cosecha roja", de Dashiell Hammett, un libro que ya cogí con reparos en parte, porque a mí la novela negra, policíaca, no me va nada, y... Bueno, pensé tras leer alguna cosilla y reafirmarme en eso, prueba con alguno de los grandes del género, ¿no? Que igual te estás perdiendo algo...
Pues no, lo siento, me aburren soberanamente las batallitas de detectives, investigadores y policías retirados detrás de mafiosos, delincuentes de tres al cuarto y mujeres fatales, además de parecerme unos personajes más bien patéticos que no me interesan en absoluto. Tanto es así que dejé a medias una de las mejores muestras de la novela negra, según todos los entendidos. Y ya es (casi) seguro que no vuelvo a este género, se siente, mal lector que es uno...
Claro que ahora que me doy cuenta, no puede decirse que me sorprendiera, así que va, digo uno más que sí, me sorprendió por malo, aunque insisto, no hay libro malo sino mal lector, jejeje... Hablo de "La invención de Morel", de Adolfo Bioy Casares, menudo rollo. :-p
ResponderEliminarNo me verás leyendo una batallita de detectives... XD así que no hay problema con el libro de Hammett: es el típico en el que nunca me fijaré.
ResponderEliminarA no ser que algún día me empiece a gustar ese género, que no es imposible, cosas más raras se han visto y en mi vida lectora he ido evolucionando hacia unas novelas y otras, ¿por qué no también novela negra? ;-)
"La mano de la buena fortuna" de Goran Petrovic
En la página de la editorial, Sexto piso, cuenta de qué va. Supongo que ya lo habrás leído: http://www.sextopiso.com/esp/art_detalle.php?ida=56
A mí me fascinó, como lectora, la idea de encontrar a alguien en un libro. El hecho de sumergirte en él hasta tal punto que lo vives, que no es sólo una evasión si no parte de tu vida, punto de encuentro con alguien que lee el mismo libro... ¿no me digas que no es una bonita idea?
Creo que lo que más me llamó la atención y por lo que te lo recomiendo es por su originalidad. Es una historia distinta en la que los libros se convierten en el personaje principal (al igual que Calvino en "Si una noche de invierno un viajero") y eso resulta muy estimulante.
Y si te animas luego me lo cuentas. ;-)
Y yo que me alegro, no sabes lo que te ahorras! XD Pero bueno, si algún día te empieza a gustar, tú sabrás lo que haces, jejeje... ;-)
ResponderEliminarNo había visto esa página, no, y sí es bonita la idea: apuntado queda, como el de Calvino. Y por supuesto que te cuento, cuando los lea.