martes, 13 de diciembre de 2011

6/30 libros. Uno de un Nobel: El valle del Issa, de Czeslaw Milosz

Esta novela narra parte de la infancia de un niño llamado Tomás, y su gran acierto consiste en haber sabido trasladar al papel ese territorio mágico e ineludible de la infancia antes de la adolescencia, y también haber conseguido llevarnos de alguna manera a ese pueblo entrañable donde transcurren los hechos y a su inigualable entorno natural.

El Nevėžis hacia Piepaliai
Estamos en Lituania, en un pueblo en el valle del Issa, que en realidad se trata del valle del Nevėžis, y el libro está basado en los recuerdos de infancia del autor en este lugar. Tomás vive con sus abuelos, los Surkont, señores poseedores de tierras frente a la mayoría de campesinos que habitan el pueblo. Esta diferencia es fruto de tensiones avistadas en el libro como telón de fondo. Igualmente el odio y rechazo lituanos ante el poder polaco y el hecho de que una guerra lejana sea la causante de que Tomás esté exiliado con sus abuelos y no viva con sus padres, a los que apenas recuerda.

Pero el día a día aplasta todos sus sentimientos de abandono y Tomás hace su vida normal: José el Negro se encarga de darle clases y, poco a poco, va haciendo amigos, conociendo el mundo que le rodea y descubriendo sus aficiones, la más intensa es su amor por los las plantas y los animales, en especial por los pájaros. Con Romualdo el propietario de Borkuny, un terreno accesible para la caza, comienza una etapa en que aprende a cazar, no sin que ello le traiga remordimientos pues, ¿cómo es posible matar lo que se ama? El chico ha cogido gran cariño a Romualdo y teme decepcionarle aunque con el tiempo su naturaleza más intima es la que queda vencedora.

Pero hay más personas importantes en la vida de Tomás: están la abuela Misia y la abuela Dilbin, tan distintas entre sí, y los vecinos del pueblo, cuyas anécdotas van coloreando el relato: Magdalena, Baltazar, Barbarka... seres que para él son como una segunda familia.

Los premios Nobel me han dado más sorpresas buenas que malas y tengo bastante fe en que, al menos, son autores de cierta calidad. De todos los que he leído me han gustado una gran mayoría, y aquí podría mencionar a unos cuantos. Si destaco entre ellos El valle del Issa, que leí hace poco, es porque me apetecía comentar algo sobre este libro que tuvo el extraño y nada habitual efecto en mí de querer leerlo dos veces seguidas.

¿Qué es un poco pesado y repetitivo en las descripciones de las escenas de caza? Cierto, pero es que para Tomás la caza es importante, es más, durante una época era prácticamente su vida. Y las descripciones son tan logradas, tan significativas de lo que es el valle donde vivía el niño que lo leí encantada.

¿Qué hay detalles confusos? Si, la percepción de Tomás es la de un niño, se nutre de recuerdos y vivencias incomprendidas, vive la magia de la edad en la que todo es posible, respaldado por un elenco de adultos muy católicos y a la vez profundamente supersticiosos que apuntalan esa sensación que tuve todo el libro de estar leyendo algo entre la realidad, la imaginación y la magia.

Por último quiero comentar cómo llegué a leer esta novela: busqué en internet imágenes de libros de la colección Ave Fénix (Editorial Plaza & Janés), con el formato en que se editaban en los años 80 y que tanto me gusta. Vi el título, nunca antes oído, pero que me llamó la atención de inmediato, la portada me gustó por descontado y la sinopsis me acabó de convencer. A lo tonto encontré uno de los libros más bellos que ha caído en mis manos.

5 comentarios:

  1. Recuerdo haberte leído comentarios en su día sobre este libro, Lola, y me quedó claro que es un libro que debió de impactarte por su belleza. Esta reseña no hace más que confirmarme aquellas impresiones.

    Gracias por recordármelo :)

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Si, y me leerás más veces porque cuando un libro me gusta mucho no hago más que meter cuñas publicitarias allá por donde voy. XD XD XD.
    Al menos es por una buena causa.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Mira, ves, a mí los libros sobre el paso de la infancia a la adolescencia, las novelas de iniciación o aprendizaje, las bildungsroman -así las llamó por primera vez, he leído, el filólogo alemán Johann Karl Simon Morgenstern-, me tienen un poco saturado, y por otro lado, siempre he tenido prejuicios con el Nobel de Literatura, no sé bien por qué, quizá porque los veo tan calculados, y decididos, me da la sensación, con unos criterios en los que pesan tantas cosas, además de la calidad literaria...

    Sin embargo, una de mis novelas favoritas, aunque sería mejor decir trilogía, es de una autora que se llevó este galardón en 1938. Me refiero a Pearl S. Buck, y a las obras "La buena tierra", "Hijos" y "Un hogar dividido". Con ellas, viví en la China de la época, y con las desventuras de sus personajes me conmoví como con pocas novelas me he conmovido. Muy recomendables, las tres.

    http://www.lecturalia.com/libro/14701/la-buena-tierra

    ResponderEliminar
  4. A mí me encantaban las bildungsroman hace años, ahora no tanto, ya no es un tema por el que me sienta atraída, pero tampoco las evito. Y a veces me sorprendo para bien.

    Pearl S. Buck es magnífica. He leído un par de libros suyos y, quitando algunas partes del libro que me parecían un poco artificiales o poco creíbles, en general pienso que hizo una gran labor trayéndonos las costumbres de la gente sencilla en china con novelas bien narradas y amenas.

    ResponderEliminar
  5. No, no, si evitarlas tampoco, ahora ir a buscarlas, por decirlo así...

    ResponderEliminar

Si quieres comentar algo, escribe tu mensaje aquí: