Gerald Durrell y Lampedusa (enlace) |
Soy de las que piensan que hacer reír es más difícil que hacer llorar -en cualquier arte, no sólo en literatura-, por eso valoro mucho una novela que me resulte divertida. Quizá tengo un humor muy especial pero libros que haya encontrado divertidos a lo largo de mi vida lectora se cuentan con los dedos de las manos. Y entre esos pocos el que más me hizo reír –a ratos incluso a carcajadas- fue Mi familia y otros animales.
Y no es el único mérito de esta obra a medio camino entre novela, memorias e introducción al reino animal, también tiene otras virtudes como la narración sencilla, entrañable, evocadora, tierna y luminosa de la infancia de Durrell, al menos durante los cuatro años que él y su familia vivieron en Corfú. Aunque la verdadera pasión de Durrell no era la escritura, ni la lectura, él amaba a los animales sobre todas las cosas y se convirtió, no podía ser de otro modo, en un famoso naturalista, eso sí, con un talento increíble para escribir como podemos constatar en las numerosas obras que publicó después.
Lo que nos cuenta en este libro son las experiencias de su familia en Corfú. Decidieron huir del mal clima de Inglaterra en 1935 y se instalaron en la soleada y cálida isla que a todos embrujó y mantuvo allí por años. La familia constaba de cinco miembros en ese momento: la madre y cuatro hijos: Larry (el famoso escritor Lawrence Durrell), Leslie, Margo y Gerry.
La excentricidad y el sentido del humor de cada uno de ellos es una pincelada más en el divertido cuadro que nos pinta Durrell: Larry, de carácter algo quisquilloso, recibe muchos extraños amigos en casa, Leslie es un apasionado cazador, Margo se preocupa constantemente por sus granos y su salud, y Gerald pasa la vida en el campo con su perro Roger, observando a los insectos, navegando en barca, coleccionando animales que luego lleva a casa y dan lugar a todo tipo de situaciones jocosas.
Y luego están los griegos amigos de la familia: el servicial Spiros, un hombre de una solicitud enternecedora que tiene un cómico defecto en su manera de hablar el idioma de los Durrell, los profesores de Gerry, entre ellos Theodoro Stephanides, otro amante de los animales, que se convierte en el mejor amigo del chiquillo.
No os imagináis mi felicidad cuando supe que la historia continuaba, que Mi familia y otros animales era sólo la primera parte de una trilogía –la trilogía de Corfú- cuyos otros dos títulos eran Bichos y demás parientes y El jardín de los dioses. Y como colofón hay un librito de anécdotas sueltas que publicó Alianza y se tituló Un novio para mamá y otros relatos.
Y lo que más recuerdo de todos estos libros, además de lo bien que lo pasé leyéndolos, es la sensación de haber compartido con el protagonista una infancia tan plena y dichosa. Gerry tuvo muchísima suerte, no sólo de tener una familia de lo más divertida, también de pasar esos años tan libre, disfrutando cada segundo de la naturaleza, el sol y los animales. Fortuna debió mirar a ese niño y ponerle en el lugar donde más feliz podía ser.
He leído tantas cosas buenas sobre este libro, y la trilogía en general, que tengo que buscar la manera de intentar leerlo, por más que añadir un libro más a mi lista de eternos pendientes pueda ser una excentricidad digna de la insigne familia Durrell.
ResponderEliminarAlgo habrá que hacer algún día. Y no necesariamente algo bueno ^^
Algo habrá que hacer, bueno o malo pero quedarse quietos no es plan.XD
ResponderEliminarEspero que poco a poco este libro suba posiciones entre tus pendientes. ¡Ya verás como te cautiva!
Cuántas ganas de leer estos libros, Lola, y después de leerte aún más. :)
ResponderEliminarA ver si es verdad que os vais animando, malandrines...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que dices al principio, lástima que yo no entrara tanto como tú en el mundo de Gerald Durrell.
ResponderEliminarEn cuanto a la novela que más me ha divertido, diría que se comenta sola con muy pocas palabras, esto es: Dickens hace su particular homenaje a El Quijote y le sale un retrato invertido de un humor muy británico, superando así para mi gusto al magistral Cervantes. ¡Qué risas me he pegado con "Los papeles póstumos del club Pickwick", my God!
¡Pardiez! Tengo que leer ese libro.
ResponderEliminarXD ¡Mil páginas de sonrisas y risas aseguradas! ;-D
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