Traducción del inglés: Mª Luisa Balseiro
Editorial Siruela
170 páginas
Editorial Siruela
170 páginas
Esta novela, que fue publicada en 1949, es un relato primorosamente confeccionado, en el que se reconstruye la vida de la Dama de Ariwara. Se recobra la memoria de una historia que tuvo lugar a principios de siglo X, extrayendo retazos que sobre la misma hay distribuidos en diversos escritos de la literatura tradicional japonesa, en concreto textos de la época Heian (794-1185), desde el Heiju Monogatari a la Colección posterior, de El diario de Shigemoto a las Historias de tiempos pasados. Unas ficticias, otras reales, todas válidas para recrear este relato y darle un brillo casi histórico. De aquí y de allá el narrador va tomando datos y los vacíos se rellenan con suposiciones, fórmulas del tipo “parece probable que...”, “seguramente...” o “hay que sospechar...” que consiguen que los lectores nos sintamos privilegiados de leer una historia tan antigua y valiosa, que ha sido reconstruida para nosotros y de cuya magnífica elaboración nos deleitamos. Porque el estilo de Tanizaki, empapado de una larga tradición de escritura clara y precisa, nos obsequia con una prosa bella y exacta, donde nada es superfluo y se consigue, con las palabras justas, decir todo lo necesario para la satisfacción del lector más exigente.
La construcción del relato es un gran logro. Con mucho acierto Tanizaki crea una protagonista que apenas se deja ver, vive en la sombra, en los cuartos traseros y apenas sale a escena, una mujer de extraordinaria belleza y con un tenue olor a incienso que no se manifiesta pero impregna cada línea y va cobrando fuerza hasta revelarse, en toda su grandeza, como la mujer que marcó el destino de muchas personas. Nacida hacia 884, su vida está profundamente marcada por los hombres que la rodearon, tanto que ella es eso: la nieta del poeta Ariwara Narihira, la esposa del consejero Kunitsune y luego del ministro Shihei, la amante de Heiju y la madre de Shigemoto. Los hombres que le amaron y decidieron su destino.
Con apenas 20 años la Dama de Ariwara, de la que no conocemos el nombre, es la esposa del anciano consejero Kunitsune, que, abrumado por su incapacidad de satisfacerla sexualmente, se la “regala” a su sobrino, el Ministro Shihei, que la codicia como codiciaba el puesto de Ministro de la Izquierda. Shihei es un hombre ambicioso y voraz que no duda en aprovecharse de la situación para arrebatarle a la mujer aún sabiendo que es su mayor tesoro, lo que más ama en el mundo. Ante la mirada perpleja de Heiju, otro Don Juan, amigo del Ministro, que hasta entonces había sido el amante de ella.
Ese momento crucial marca el destino de sus vidas, la desdicha de Kunitsune, el declive de Heiju, el abandono de Shigemoto, la tristeza de la Dama, que tan bella como desdichada, no tiene voz en su propio destino.
Tanizaki admiró la literatura occidental y en su obra plasma esa dualidad Oriente-Occidente, tampoco escapa a la dicotomía tradición-modernidad. Sin embargo, La madre del capitán Shigemoto, es una de las más clásicas de sus novelas, por su estilo, que recrea la estética literaria tradicional en Japón. Dicen que esta vuelta a la literatura tradicional se debe al descubrimiento del Gengi Monogatori de Murasaki Shikibu, que le dejó tan impresionado que marcó algunas de sus novelas posteriores, como esta y también la Historia de Shunkin o El cortador de cañas. El erotismo que es propio de sus novelas se percibe solo levemente en esta, a cambio, aparece un triángulo amoroso, como en otras de sus obras y se toca el tema de la capacidad sexual en la edad madura, en el que luego insiste con La llave o Diario de un viejo loco. Aunque el tema principal es la madre, o la ausencia de ella, una nostalgia que impregna todo el libro y que parece ser un sentimiento autobiográfico, pues la madre de Tanizaki murió muy joven.
Tradicional en su estilo, universal en su temática, de ritmo lento y rica en detalles, esta es una novela para recrearse en ella, sus 170 páginas nos transmiten tanta emoción y belleza que no es necesario más. Las palabras que lo componen bastan para hacernos llegar su mensaje, darnos a conocer un drama donde pierden todos, y el que más pierde es el que menos culpa tiene: un niño llamado Shigemoto.
Aquel momento fue el único de su vida en el que Shigemoto vio el rostro de su madre con claridad. La imagen de sus facciones en aquel instante, y el impacto de su belleza, se grabaron a fuego en su mente y ya no se desvanecieron jamás.
¡Qué obra tan interesante!, con la sutileza de la narrativa japonesa e inspirada en el Genji Monogatari. Tengo esta última obra en El Barquero, (José J. de Olañeta, Editor), pero me parece que se trata de una selección de textos y no de la obra íntegra. De cualquier manera la voy a leer antes de continuar con la obra de Tanizaki.
ResponderEliminarLinda reseña, abrazos.
Ya verás como te gusta. ;)
ResponderEliminarDe Tanizaki sólo me he leído un ensayo que escribió titulado "El elogio de la sombra", muy bueno y que trata sobre el choque cultural que vivió Japón durante el siglo XX. Recomendado. Me apunto esta obra que reseñas.
ResponderEliminarEl elogio de la sombra no lo he leído, se que es un ensayo y que es muy bueno. Algún día me pondré con él. :)
ResponderEliminarKonnichiwa Madoguna!
ResponderEliminarArigato por darme a conocer esta obra de Junichiro Tanizaki, sólo he leído de él "El elogio de la sombra" y "La llave", pero como ahora estoy con Genji Monogatare, pues creo que cuando lo acabe, allí para el 2999 pues me pondré con éste. Me ha parecido muy interesante tu comentario.
Sayoonara.
No he leído esta obra y realmente pinta interesantísima asique veré de leerla! Gracias por tu comentario es muy completo! Un gusto haber pasado por aquí!
ResponderEliminarKonnichiwa, aoi. Si mi comentario te parece interesante ya verás el libro... ¡no tiene desperdicio!
ResponderEliminarAlterPabela, gracias a tí. :D No te arrepentirás de leer esta novela cortita pero inmensa, ya lo verás.
Jeje, pues yo también acabo de empezar La historia de Genji, y me apunto este libro para después, pues me está gustando.
ResponderEliminarMe lei el libro este verano ¡y me encantó! He de reconocer que el principio se me hizo extraño, aunque luego le fui cogiendo el gusto hasta que al final ya no podía parar de leerlo. Me encanta tu blog!
ResponderEliminarGracias, sharedreams.
ResponderEliminarYo lo recomiendo a todo el mundo, bueno a casi todos XD
¡Hay que seguir leyendo a Tanizaki!