Colección Milenium
415 páginas
Donoso tardó cerca de 10 años en escribir este libro, como él mismo cuenta en una entrevista que en el programa A fondo de tve le hicieron en el año 1977, el libro no salía adelante hasta que tuvo una crisis de su úlcera y para operarle le inyectaron una anestesia que le produjo una alergia y durante una temporada anduvo esquizofrénico. Una superada esta crisis: úlcera y esquizofrenia fue cuando pudo terminar el libro en tan sólo 8 meses.
Dicen que es su obra cumbre, su libro más logrado. Para mí, que aún no había leído a este autor, ha sido toda una sorpresa, un experimento tanto formal como narrativo llevado hasta el final. Creo que dentro de las novelas llamadas experimentales que he leído esta me ha parecido la que más. Donoso ha creado una novela distinta donde la figura del narrador se disuelve en un discurso en primera persona que comienza siendo del mudito y se transforma, siendo luego una vieja en un grupo de viejas, un bebe, un chaval en un grupo de amigos, pero sin dejar de ser el mudito. Tratar de encontrar una explicación es imposible, se escapa de los límites de la lógica. Con esta técnica el autor ha querido crear el caos, una confusión de personalidades, un punto intermedio entre la verdad y la mentira, la realidad y el sueño, lo racional y la locura, lo posible y lo que no lo es. Un mundo donde habitan los monstruos que cada uno llevamos dentro: los de nuestra desesperación, nuestra envidia, la venganza, todo lo que de perverso puede albergar la mente y el alma humanas, que es mucho.
Dicen que es su obra cumbre, su libro más logrado. Para mí, que aún no había leído a este autor, ha sido toda una sorpresa, un experimento tanto formal como narrativo llevado hasta el final. Creo que dentro de las novelas llamadas experimentales que he leído esta me ha parecido la que más. Donoso ha creado una novela distinta donde la figura del narrador se disuelve en un discurso en primera persona que comienza siendo del mudito y se transforma, siendo luego una vieja en un grupo de viejas, un bebe, un chaval en un grupo de amigos, pero sin dejar de ser el mudito. Tratar de encontrar una explicación es imposible, se escapa de los límites de la lógica. Con esta técnica el autor ha querido crear el caos, una confusión de personalidades, un punto intermedio entre la verdad y la mentira, la realidad y el sueño, lo racional y la locura, lo posible y lo que no lo es. Un mundo donde habitan los monstruos que cada uno llevamos dentro: los de nuestra desesperación, nuestra envidia, la venganza, todo lo que de perverso puede albergar la mente y el alma humanas, que es mucho.
La historia de Humberto Peñaloza (el mudito) y Jerónimo de Azcoitía entre otros personajes está enmarcada en el Chile de aproximadamente mediados de siglo pasado, juega un papel fundamental la casa espiritual de la Encarnación de la Chimba, mandado construir a fines de siglo XIX por el Sr. Azcoitía, un hacendado padre de nueve hijos y una hija que ordenó construir una capellanía (luego convertida en casa espiritual) donde esconder a su hija que andaba en temas de brujería junto con su nana, la vieja que la cuidaba desde pequeña. Este pasado remoto de la familia Azcoitía tiene peso específico en todo el libro, la historia se repite en Inés de Azcoitía y su nana, la Peta Ponce más de un siglo después. No dejan de aparecer alusiones a aquella niña encerrada a los 16 años a quien llaman la beata Inés.
Rodando el tiempo los Azcoitía llegan a un punto en el que se termina la descendencia, no hay herederos para esa gran estirpe que ha dado al país grandes personalidades: Jerónimo e Inés son los últimos descendientes, e incapaces de procrear un hijo. Por otro lado la casa espiritual, que sigue perteneciendo a los Azcoitía, ya no es lo que era, las monjas se fueron, sólo quedan tres o cuatro, nadie va allí a hacer sus ejercicios espirituales. En la casa solo viven unas viejas sirvientas y unas huérfanas a las que nadie quiere. La madre Benita al frente de todo ello lucha porque sobreviva la institución y con ella las mujeres allí acogidas.
Y luego está Humberto Peñaloza, un joven de extracción humilde que quiere superarse y conseguir un puesto en la sociedad, estudia derecho, quiere ser escritor pero se cruza en el camino de Don Jerónimo, que le toma como secretario personal y la biografía de Jerónimo, la que Humberto Peñaloza quiso escribir y nunca pudo se convierte en el libro que tenemos en las manos.
Pero en esta novela nada es lo que parece, los hechos pueden tener varias interpretaciones, o quizá pudieron ser de otro modo, no se puede leer intentando comprender todo, es mejor dejarse llevar, leerlo sin intentar explicarse los hechos, ir asimilando lo que el relato te ofrece.
En el mundo onírico de Donoso no hay cabida para la belleza, las viejas son feas, fétidas, llevan ropas raídas, los ojos legañosos, tienen babas y les cuelgan racimos de verrugas. Tampoco se rehuye lo escatológico, es más, se utilizan las palabras más desagradables y las expresiones más repulsivas, pienso yo que para reforzar el asco y el desagrado que produce ese mundo horrible que el autor quiere que no sólo conozcamos, sino que también sintamos, y vaya si lo consigue.
Utiliza, además, un lenguaje abigarrado, barroco, lleno de americanismos (guagua, cabro, mina, culiarse, hacer nanay...) que creo que le dan una fuerza y personalidad que no tendría con un lenguaje más neutro.
Los temas que sobresalen son las clases sociales y la vejez, representadas en unas viejas sirvientas solitarias que encarnan el final de todo, de la sociedad en cuanto que son sirvientas y por tanto entran en lo más bajo del escalafón social y el final de la vida, de la sexualidad, la maternidad, el lugar donde no hay esperanza, sólo una soledad terrible que ellas consuelan guardando todas las pequeñas cosas que les han acompañado en su vida, paquetitos y paquetitos que meten debajo de sus camas.
Otro tema es el mundo de la mágia, de los mitos y las leyendas, comenzando por la leyenda de la beata Inés y la perra amarilla, que encarnaba a su nana y continuando por el mito chileno del imbunche, un niño al que desde los primeros meses de su vida se le obstruyen todos los orificios de su cuerpo, se le mantiene desnudo, prisionero, sin contacto social en una cueva y que luego servirá para vigilar los lugares de encuentro de los brujos, o hacerles de consejero o adivino.
El mito del imbunche enlaza directamente con otro gran tema de la novela: la pérdida de identidad. Humberto Peñaloza, el hombre de origen humilde que aspiraba a más en la vida, obtiene el efecto contrario, a través de su relación con Don Jerónimo y la penosa operación en la que le dejan sólo ese 20% de sí mismo sigue diluyéndose luego en la casa espiritual, entre las viejas y las huérfanas conocido como el mudito, un ser que conforme avanza la historia va perdiéndose, pierde su físico, su voz, su sexo, pierde su vocación, su personalidad, convertido en los últimos tiempos en un bebé hasta acabar en un final sorprendente siendo apenas una mancha negra que el fuego dejó en las piedras.
No es fácil explicar esta novela, es compleja, visceral, extraña... es para leerla, experimentarla y sacar cada cual sus conclusiones.
Ya te lo había dicho pero reitero: excelente reseña, ahora voy a insistir en mi búsqueda del libro.
ResponderEliminar¡Besos!
Gracias de nuevo. A ver si tienes suerte y lo encuentras pronto, no se si te gustará o no, pero indiferente no te vas a quedar. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Madoguna...Este libro es soberbio, pero sí, es difícil de conseguir, por suerte lo encontré en la feria del libro acá en Panamá, prácticamente en el mismo formato en que lo leí la primera vez....Tuve la suerte de leerlo en primera edición de Seix Barral, ahora estoy por reelerlo para ver hay algo de retroalimentación...Me encantó tu reseña! Es más profunda!
ResponderEliminarSaludoss!
¡Gracias Sergio! Me alegro de que lo encontraras. Ya se que en algunas zonas es difícil de conseguir, y la verdad no lo entiendo porque Donoso es un gran escritor.
ResponderEliminarSeguro que una relectura tiene que ser interesante porque el libro está lleno de matices. Abrazos.
Orgulloso de que se lea un autor de mi país, Chile. En lo personal no había leído novelas de Donoso y ahora para un ramo del doctorado que curso he leído El lugar sin límites y El obsceno pájaro...un gran escritor que el tiempo se encargará de hacer más grande lo que fue! Saludos desde el invernal Santiago de Chile.
ResponderEliminarSaludos Felipe Pablo ;)
ResponderEliminarEspero que sí, que Donoso se haga cada vez más conocido y se difunda su obra.
Me ha costado mucho terminar el libro. Aprecio tu reseña y tus argumentos pero me parece un libro extremo, descarnado y por momentos muy difícil de digerir. No puedo negar la habilidad narrativa del autor, pero me hubiera gustado que la empleara de otra manera.
ResponderEliminarEn fin, estoy contento porque empiezo otro libro, otra aventura.
Un abrazo y gracias
P.
Hola Percance, es cierto que es extremo, descarnado y difícil de digerir. Entiendo que no es para todos los paladares, y casi diría que para muy pocos.
ResponderEliminar¡Al menos lo has intentado!
Gracias a ti y un abrazo.