martes, 18 de noviembre de 2008

El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez

Edición de Random House Mondadori y RBA coleccionables
Biblioteca García Márquez
298 páginas

Gabriel García Márquez ya había publicado parte de su obra cuando en 1975 vio la luz El otoño del patriarca, la favorita de sus novelas y aquella en la que más esfuerzo invirtió, según él mismo confesó más tarde. Y en verdad es una obra maestra, muy por encima de la inmensa mayoría de los libros que conozco. El autor da muestras una página detrás de otra de su genialidad, originalidad, pulso narrativo, imaginación y talento en un derroche, un torrente de palabras en las que te sumerges con fascinación y sales, en la última página hipnotizada, consciente de que acabas de leer un libro fuera de lo común.

El otoño del patriarca se considera uno de los ejemplos más notables de realismo mágico por incluir elementos improbables en el discurso realista de la obra, algo que sorprende y agrada al lector, como un pequeño regalo de imaginación dentro de la crudeza del libro. Son ejemplos de esa magia el mar que se vende a otro país, el paso del cometa a voluntad del dictador, la excesiva longevidad de este (aunque no se mencionan los años exactos), los prados que se enrollan como alfombras...
También se considera este libro una de las novelas del subgénero denominado novela de dictador, característico de la literatura hispanoamericana, en la que se pone en solfa la figura autoritaria de los dictadores militares tan frecuentes en aquellas latitudes.

En este caso el dictador llegó al poder más de 100 años antes de su muerte, fueron los gringos los que financiaron el golpe de estado y le colocaron en la presidencia de ese país a orillas del mar Caribe. De ahí hasta su muerte se cuenta la lucha del tirano por mantenerse en el poder pese a las conspiraciones, que no son pocas. Su vida en la casa presidencial con paralíticos y leprosos durmiendo a la sombra de los rosales, vacas paseando por el salón presidencial, sus concubinas, sus caprichos, sus amoríos, su matrimonio con la novicia Leticia Nazareno, su especial relación con su madre a quien manda canonizar civilmente como Santa Bendición Alvarado de los pájaros. Todos los avatares de su larga, azarosa y cruel dictadura hasta el día de su muerte.
Se ve claramente que es un prototipo de dictadura militar llevada al colmo en cuanto a la crueldad (el tirano es incapaz de perdonar, de sentir compasión o amor excepto por su madre), la excentricidad (los caprichos del general no tienen fin), la prolongación en el tiempo (como ya he dicho estuvo más de cien años en el poder) y la soledad extrema de un solo hombre que acapara todo el poder de gobernar un país.
Pero el dictador es un maltratador maltratado en este libro, para empezar no cuenta ni con la gracia de un nombre, lo cual le resta humanidad, es sólo y únicamente un tirano, tener un nombre hubiera sido darle una categoría que no merece. El autor, con un humor negro, satírico le ridiculiza constantemente, habla de su testículo gigante, de sus manías sexuales, el hecho de no poder tomar a una mujer salvo si está vestido con todas sus condecoraciones, la debilidad supersticiosa de dejarse aconsejar por adivinos y echadores de cartas, su falta de cultura, su madre decía que de saber que su hijo iba a ser presidente lo hubiera mandado a la escuela. Es un personaje vapuleado, ridiculizado en sus más íntimos secretos. Un personaje del que nada bueno se ofrece.
Una venganza del autor quizá a esa figura tan odiada del dictador.

En el aspecto formal la estructura convierte esta obra en una novela experimental, donde se usan unas técnicas sin antecedentes dentro de la obra anterior del mismo autor. No es algo extraño si se tiene en cuenta que lo que se escribía en aquella época, novelas en las que se experimentaba, buscando nuevos caminos, quizá por influencia de la narrativa europea y norteamericana (Kafka, Faulkner, Joyce, Proust, Woolf) que ya desde los años 20 habían comenzado una fuerte renovación en la novela donde se buscaba romper con todo lo anterior.
Esta novela se divide en seis grandes bloques en los que no hay puntos ni comas, donde diversos personajes, conocidos o anónimos, van tomando la palabra libremente y dan continuidad a la narración, una especie de monólogo coral que va narrando sin orden los distintos momentos de la vida del dictador, llevando al lector adelante y atrás en el tiempo, repitiendo e insistiendo en algunos momentos clave, sobretodo en el momento en que al fin muere.
El lenguaje es un derroche de imaginación, lleno de americanismos, de expresiones llenas de fuerza, metáforas coloridas, atrevidas comparaciones. Una narración poderosa, arrasadora, cruel y a la vez llena de encanto y humor.

Pongo aquí una parte que me gustó especialmente:
(...) no había otra, madre, de modo que se llevaron el Caribe en abril, se lo llevaron en piezas numeradas los ingenieros náuticos del embajador Ewing para sembrarlo lejos de los huracanes en las auroras de sangre de Arizona, se lo llevaron con todo lo que tenía dentro, mi general, con el reflejo de nuestras ciudades, nuestros ahogados tímidos, nuestros dragones dementes (...)

Una novela imprescindible.

7 comentarios:

  1. Magnífica reseña, Babel, no he leído el libro y ya me siento navegando en sus páginas.
    No lo tengo en casa, pero es un hecho que hay que establecer prioridades y esta novela constituye, sin duda, una de ellas.

    ¡Besos!

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, Andrómeda, como dije ahí arriba es un imprescindible, de esos libros que hay que leer, claro que no a todo el mundo le gusta el estilo de García Márquez. Pero por lo menos hay que intentarlo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Creo que es el libro de García Márquez que más me ha gustado. Mi escena favorita es cuando llega Colón (creo que es Colón) y "descubren" las Indias ante la sorpresa de la corte del dictador.

    El estilo del libro me recuerda mucho a Los funerales de la Mama Grande (quizá se escribieron en la misma época).

    Un placer haber conocido este blog.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Gww. La escena del "descubrimiento" es una de las que más me gustan a mí también. Entre otras muchas. ;)

    ResponderEliminar
  5. Este libro es de los que más huella dejan al que lo lee, junto con cien años de soledad. Aunque son diferentes estilos, éste tiene una msgia y una forma de relatar exquisita, con visiones brutales y patéticamente cómicas en la figura del general. Aunque son innumerables, yo destacaría cuando se enamora de Manuela Sánchez, mostrando su incapacidad para amar con el recurso del poder infinito, llenándole la casa de artilugios y secuestrándola en un amor enfermo de geriátrico. Desde ese día, la vida había acabado para mí -dijo ella-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno, echedey. Me has traído a la mente el recuerdo de este gran libro. Gracias.

      Eliminar

Si quieres comentar algo, escribe tu mensaje aquí: