jueves, 9 de octubre de 2008

Madame Bovary, de Gustave Flaubert

Traducción de Luís Salomone
Editorial Alba
416 páginas

Argumento
Normandía, primera mitad de siglo XIX. Emma Bovary, una campesina que ha pasado su vida entre el convento donde estudió y la granja de su padre se casa con Charles, el médico del pueblo vecino. Ella vive insatisfecha con su matrimonio y con su vida. Un baile aristocrático al que son invitados por un paciente agradecido de Charles es el punto de partida a las aspiraciones de lujo y de amor romántico de Emma.

Opinión
A pesar de que mi edición tiene un montón de erratas, le falta alguna frase y la traducción en algunos pasajes resulta confusa he disfrutado mucho con esta lectura. De haber podido la hubiese leído en francés porque dicen que Flaubert tardó varios años en escribirla y procuró que tuviese el estilo muy cuidado y mucha musicalidad. Aún así, sin musicalidad y con erratas, ya digo, es un novelón.
Para empezar Emma es una provocación, no es de extrañar que juzgaran a Flaubert por considerar inmoral este libro. Ella es todo lo contrario de lo que una mujer debía ser: es infiel, hace lo que sea para conseguir lo que quiere, ignora a su hija... y para colmo no se arrepiente. Ella es egoísta, caprichosa, ha leído muchos libros de amores románticos y no se conforma con menos. Charles es su contrapunto, un hombre estable, algo pusilánime, contento con su rutina, incapaz de ver más allá de sus narices. Muy difícil que esta pareja fuese felíz.
Los personajes secundarios sirven muy bien de marco a la historia: Homais, el boticario, muy integrado en la vida social de Yonville, el pueblo donde viven, Lheureux, el prestamista codicioso, Rodolphe y León... casi se palpa el aburrimiento, la rutina de la vida del pueblo, tan lejos del París de las fiestas y las óperas que Emma sueña.
Es un retrato fiel, pero algo pesimista de aquella sociedad, se destaca lo feo e indigno de todo: el pueblo es aburrido, Charles débil, Rodolphe cínico y el boticario mezquino; la suegra y la nuera se llevan muy mal, el mendigo asusta a la gente para conseguir que le den limosna, la gente se aprovecha de las desgracias ajenas, y hasta el romance que más puro parecía termina en agua de borrajas. Flaubert se despacha a gusto, o a lo mejor lo hizo a sí para acompañar al desencanto de Emma: si esta es la historia de una mujer insatisfecha, quizá sea lo propio ofrecer un retrato no muy agradable de su entorno para contribuir a esa sensación de desilusión, sensación que llega a su punto culminante al final de la historia.
Por cierto que a Emma se la describe con pelo y ojos muy negros, esto es algo que no me ha acabado de cuadrar, me pega más que sea rubieja, con ojos castaño claro, esto son cosas mías, pero no consigo verla de otro modo.
Una novela que no pasa de moda, una protagonista que impacta y unas situaciones que hacen pensar. No hacen falta más razones para leerlo.

2 comentarios:

  1. Qué mujer tan inconforme, ¿verdad?
    Algo curioso con tu reseña es me doy cuenta de que he olvidado la descripción física que hace Flaubert de ella. ¡Mi recuerdo está fundido con la Bovary interpretada por Isabelle Huppert!

    Saludos. :)

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  2. ¡Vaya! No sabía que había una versión interpretada por la Huppert, con lo que me gusta a mí esa actriz...

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