jueves, 9 de octubre de 2008

Delicioso suicidio en grupo, de Arto Paasilinna

Título original: Hurmaava joukkoitsemurha
Traducción: Dulce Fernández Anguita
Editorial Anagrama
271 páginas
País: Finlandia

Argumento
Un día Onni Rellonen decide suicidarse, va a un granero donde, casualmente, Hermanni Kemppainen se está intentando colgar. Onni impide que Hermanni se mate y se hacen buenos amigos. Deciden ponerse en contacto con otros suicidas finlandeses a través de un anuncio en el periódico para, todos juntos, buscar una muerte digna.

Opinión
Si buscáis autoayuda, filosofía o pensamientos profundos no es este vuestro libro, porque este es un libro sin pretensiones, o al menos sin pretensiones de trascender. Es una historia cómica, amena y muy original, para pasar un rato agradable, sin más.
No quiero restar méritos a Paasilinna, al contrario, me parece muy difícil hacer reír, y él lo consigue, y lo consigue además con un tema tan dramático como es el suicidio. Consigue también dar un vuelco a la situación y apuntar a la esperanza. Y todo esto no es fácil.
En determinado momento te das cuenta de qué razón tiene al hacernos notar lo relativos que se hacen los problemas en cuanto nos alejamos un poco de ellos.
Pasada la mitad de la lectura comienza a hacerse un poco pesado por culpa de las situaciones repetitivas: comidas, bebidas... para mi gusto estira demasiado el argumento, y Paasilinna debe saberlo porque en la tercera etapa del viaje apenas entra en detalles, lo cual se agradece. Pero merece la pena llegar al final, porque el desenlace está a la altura del resto de la historia.
El estilo de Paasilina en esta novela es muy dinámico, las frases son cortas, no hay largos párrafos de pensamientos ni descripciones, apenas lo necesario para dar color a la escena. Todo lo demás es diálogo y acción, por eso se lee rápido y bien.
Hay algo que debo decir, no me gusta que de todos los personajes, los mejor perfilados y los que llevan la voz cantante sean hombres, sólo una mujer tiene personalidad propia: Helena Puusaari, las demás quedan difuminadas en la narración, van en el grupo pero no se las oye, eso sí, preparan los bocadillos, porque varias veces Paasilinna las pone a preparar bocadillos. Será que los hombres estaban tan ocupados emborrachándose que no atinaban a cortar el pan.
Leí en algún lado que este autor es muy conocido en otros países de Europa, pero no mucho en España, sin embargo me costó mucho encontrar una biblioteca donde no lo tuvieran prestado, y eso que muchas lo tenían. Espero que eso signifique que ya se está haciendo más conocido. Sin duda hay que tenerle en cuenta cuando quieras una lectura divertida, que te amenice el rato.

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