domingo, 19 de enero de 2014

Cuaderno de bitácora 2014

1* La playa, de Cesare Pavese. No sabía cuando lo empecé que era un libro de relatos. Estos son: La playa, El mar, La ciudad, Chaqueta de cuero, Primer amor e Historia íntima.
Me han gustado aunque sin entusiasmarme. Considero que es tan evocador de ciertas épocas de la vida y también de la playa y las vacaciones (sobretodo en el relato que da título al libro) que, ¿a quién le amarga un dulce?

2* El lazarillo de Tormes, de autor anónimo. Una delicia. A pesar de que hay frases que no se entienden bien por ser castellano antiguo y utilizar palabras que ya no existen, lo que sucede se comprende en todo momento a través del contexto. Una novela muy dura que ojalá fuese algo más larga porque, personalmente, me deja con la miel en los labios por saber más sobre esa sociedad española en el siglo XVI, vista a través de los ojos de un niño inteligente y de buen corazón.

3* Los lobos, de Hans Hellmut Kirst. Esta novela es una sátira de los años del III Reich en un pueblo de Prusia, con humor negro y situaciones bastante cómicas el bien (encarnado en la figura de Alfons Materna y algunos otros) se enfrenta al mal (todos los afines al partido nacional-socialista, viciosos y corruptos) con estrategias que cada uno elabora para salirse con la suya. El libro podría estar mejor si no repitiesen una y otra vez idénticas situaciones.

4* Un saco de canicas, de Joseph Joffo. Un libro juvenil apropiado para iniciar a los más jóvenes en el tema del Holocausto: trata el tema correctamente, denuncia la masacre nazi y el colaboracionismo francés sin resultar muy escabroso.

5* Las lágrimas de San Lorenzo, de Julio Llamazares. Me gusta la estructura, me gusta el capítulo final, me gusta la idea de ir desgranando el pasado en una noche de San Lorenzo de una forma intimista y cercana. Pero no he logrado empatizar con este protagonista tan melancólico que incide exageradamente en traer a colación antiguas amantes y lugares donde ha vivido a falta de una reflexión más profunda de sus vivencias.

6* Las benévolas, de Jonathan Littell. Creo que es una gran novela histórica sobre el Holocausto visto desde dentro, de la propia organización del Reich, encarnada en el personaje de Max Aue, un libro ambicioso que abarca lugares y momentos históricos cruciales (Las matanzas de Babi Yar, los últimos días de Stalingrado, Auschwitz, la caída de Berlín entre otros) y que es capaz de ambientarlo y describirlo con gran calidad y precisión.
También he encontrado defectos, casi todos en el personaje de Max. Me hubiera gustado que fuese distinto y Littell no se empeñara tanto de enrarecerlo y hacerlo desagradable, pero las cosas son como son. Me quedo con todo lo bueno, que es mucho, que ofrece esta gran novela.

7* Baila, baila, baila, de Haruki Murakami. Tiene ese ingrediente de fascinación que encuentro en todos los libros de Murakami pero encuentro que la historia flojea, sobretodo al final. O no me he enterado bien o hay cabos que quedan sueltos. En cualquier caso no me ha parecido tan satisfactoria como otras novelas que he leído de él.

8* El amor de Erika Ewald, de Stefan Zweig. Siempre digo que Zweig, a pesar de ser un estupendo escritor de relatos, gana en los relatos largos: las novelas. No quita para que resulte una maravilla leer de vez en cuando alguno de sus relatos, todos de gran calidad.

9* Austerlitz, de W.G. Sebald. Con este libro he descubierto a Sebald y doy mil gracias a los cielos literarios. Si todas sus novelas son tan buenas como Austerlitz he descubierto un filón. La manera en que te envuelve y te cuenta una historia sobrecogedora, en un juego de voces narrativas maravilloso, utilizando recursos de reportaje (encontraréis fotos ilustrativas de lo que va contando) para narrar una historia ficticia. Y la historia en sí, esa denuncia del desarraigo que tuvieron que sufrir (y encima como mal menor, otros murieron) muchos judíos durante el Holocausto, personificada en un personaje inolvidable: Jacques Austerlitz. Totalmente recomendable.

10* Shosha, de Isaac Basheevis Singer. Singer retrata estupendamente la comunidad judía de Varsovia en los años anteriores a la ocupación nazi. El argumento en sí no tiene gran aliciente y da la sensación de que el autor concede a su personaje masculino el harén que quizá soñaba para él (un hombre con múltiples amantes, todas bien dispuestas), pero lo doy por bueno porque nos permite conocer personajes variados e interesantes y, como ya he dicho, retrata muy bien la vida de los judíos de Varsovia.

11* Por el camino de Swann, de Marcel Proust. Me alegro de haber leído a Proust por fin, y de haberme sumergido con él en el puro recuerdo a través del regalo de los sentidos (si, me refiero a la escena de la magdalena). Ha sido un auténtico placer sentir la nostalgia del tiempo de la infancia y una gran inmersión emocional revivir los amores de Swann, de tan bien como está descrita su evolución: nunca había visto tan bien narrado el pesar de los celos y el amor no correspondido.

12* Sefarad, de Antonio Muñoz Molina. Un grupo de historias que analizan el desarraigo en sus más diversas variantes, la lucha y el sufrimiento del que pierde sus raíces, la vida de personas que han ido y venido por el mundo buscando un nuevo futuro o huyendo de la pobreza, la persecución y la muerte.
El destino por antonomasia del pueblo judío, pero también el destino de muchos otros hombres y mujeres que nunca encontraron un lugar propio.

13* El pájaro pintado, de Jerzy Kosinski. La idea es buena: el punto de vista de los niños en cuanto a conflictos de los mayores ofrece una perspectiva siempre interesante. Y más si el niño es una víctima de la persecución de judíos y gitanos durante la segunda guerra mundial (aunque él no sea ni lo uno ni lo otro todo el mundo lo cree por su aspecto).
Como la mayor parte de sus andaduras ocurren en las zonas rurales de Polonia tenemos ocasión de conocer a los campesinos de aquella zona, y en esto creo que Kosinski no ha sido muy objetivo: los pinta a todos como racistas, antisemitas, crueles, sádicos y depravados sexuales. No existe la compasión en ninguno de ellos, como mucho la indiferencia. Y no resulta creíble. No me extraña que en su país le odiaran tanto después de esta novela.
Tampoco veo necesarias muchas de las escenas repulsivas que se nos ofrecen, aunque sí considero un acierto el título del libro, la idea que plasma y que se descubre a lo largo de la lectura.

14* La cena, de Herman Koch. Esta novela se inspira en unos sucesos ocurridos en Barcelona hace unos años: unos jóvenes de buena familia tiraron basura a una mendiga que dormía en un cajero, prendieron fuego y la asesinaron. En el libro todo esto sucede en Holanda, los chicos son primos pues sus padres son hermanos. Uno de los padres es un político muy popular, candidato a unas próximas elecciones. Ambas parejas se reúnen en un restaurante para hablar de cómo abordar el problema mientras cenan.
El estilo mordaz del narrador, sus observaciones audaces, su modo de narrar, de ir y venir en el tiempo para que conozcamos los hechos y a los personajes me han parecido estupendos. Realmente es un buen libro, que engancha y provoca la reflexión. Hay algo que no me gusta en el desarrollo de la trama pero tampoco quiero destripar algo importante a quien no lo haya leído. En cualquier caso, recomendable.

15* Bartleby el escribiente, de Herman Melville. Un relato curioso sobre un hombre más curioso todavía: imposible empatizar con Bartleby y, sin embargo, dan ganas de protegerlo, de entenderlo. Porque es un personaje encapsulado, con un comportamiento anormal, absurdo que se escapa de lo inteligible y que el autor tampoco se esfuerza por que entendamos, nos lo muestra estrictamente desde fuera, y desde fuera el escribiente es un hombre que abandona la vida poco a poco.

16* El guardián invisible (Trilogía del Baztán 1), de Dolores Redondo. Los libros de asesinatos e investigaciones policíacas no son lo mío pero me acerqué a este por otra razón que no viene al caso y acabé enganchada como hace años no me engancha un libro. No es buena literatura pero entretiene y está bien hilado, que no es poco. Y el entorno mágico de los bosques de Elizondo y su mitología le prestan mucho encanto. 

17* El silencio de las hayas, de Mikel Alvira. Me atrajo mucho esta saga familiar que comienza a principios de siglo pasado en un pueblo fronterizo con Francia. El principio de la historia me sedujo, pero luego fui perdiendo interés debido a la falta de profundidad de los personajes: no me creía nada de lo que leía. Remonta algo en su última parte pero imposible salvar la novela. A pesar de esto creo que es una historia interesante, sobre una época y un lugar que pueden resultar atractivos para el lector y con algunos personajes que podrían haber dado mucho de sí.

18* Guerra y paz, de Liev Tolstoi. Es LA NOVELA. Poco más puedo añadir a eso. Había leído Anna Karenina y me gustó, pero esta la ha superado. Creo que es uno de esos libros imprescindibles que todos deberíamos leer.

19* Todas las criaturas grandes y pequeñas, de James Herriot. El autor es un veterinario inglés que empezó a ejercer en los años 30 del siglo pasado en un pueblo de Yorkshire y nos relata las anécdotas que le fueron aconteciendo en forma de capítulos cortos. Una lectura deliciosa, costumbrista y llena de humor.

20* El sol de los Scorta, de Laurent Gaudé. Novela con grandes aciertos, como el hecho de estar bien escrita y evocar muy bien esa tierra del sur de Italia: campos bajo un sol luminoso e inclemente. Pero me ha defraudado -y mucho- la construcción de personajes. Si no entiendo sus motivaciones, por qué el malo es tan malo o en un momento de la narración uno de los protagonistas hace algo decisivo, me resulta muy difícil disfrutar de un relato.

21* El jardín de los Finzi-Contini, de Giorgio Bassani. Maravillosa novela ubicada en Ferrara, Italia, a finales de la década de los años 30, cuando el antisemitismo se empieza a hacer patente en la sociedad italiana y cómo esto se refleja en concreto en la burguesía judía del momento. Es además una historia de amor y una evocadora recreación de un lugar y una época que me ha dejado completamente cautivada.

22* La subasta del lote 49, de Thomas Pynchon. Primer y último libro que leo de él. Me ha costado mucho terminarlo y no he disfrutado en absoluto su lectura, al margen de algunos pasajes de humor extravagante. No le he encontrado sentido, y he estado todo el tiempo perdida entre personajes absurdos en un argumento que tampoco me llamaba mucho la atención.
No resto méritos a Pynchon pero esta claro que este tipo de literatura no es para mí.

23* La vida ante sí, de Romain Gary. Crudísima y tierna historia de un niño llamado Mohamed, que vive en el barrio parisino de Belleville, con la señora Rosa, una mujer que cuida a cambio de dinero a niños hijos de prostitutas. Las vivencias de Momo, su afilada inteligencia para interpretar los sucesos que le rodean, el humor triste que se desgrana en cada página, hacen de esta novela una lectura impactante que invita a la reflexión.

24* Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. Pura arquitectura literaria. He quedado maravillada con la construcción del personaje central y su época a través del testimonio de muchos y variados personajes que aportan pequeñas historias formando un gran mosaico.
Es un relato de una gran fuerza que encuentra su génesis en un grupo de poetas nacidos en los años 20 (en concreto su fundadora, Cesarea Tinajero) cuyo espíritu renace en la figura de Arturo Belano, Ulises Lima, María Font y otros, y que nos permite deslizarnos por la bohemia mexicana de los años 60 y 70.

25* Cuerda de presos, de Tomás Salvador. En 1879 dos guardias civiles llevan a un asesino múltiple apodado Sacamantecas desde Murias de Paredes (León) a Vitoria, donde el preso es requerido por el juez para darle muerte mediante garrote vil. El traslado se hace a pie y las penalidades que sufren los tres durante los once días que dura el viaje se nos relatan en esta novela, magistralmente narrada, que refleja en parte la España rural de fin de siglo, especialmente la de aquellos que andaban por sus caminos.
Creo que Tomás Salvador es un gran autor injustamente olvidado.

26* El huérfano, de Adam Johnson. Este ha sido mi primer acercamiento al que llaman "el reino ermitaño" (Corea del norte) y aún no me he recobrado de la impresión que me han causados algunas de las situaciones extrañas que se dan allí, tales como las minas prisión, los altavoces todo el día lavando el cerebro a la gente, o el idílico lugar donde se suponen pasan su jubilación personas de las que nadie vuelve a saber. Me parece increíble que esto siga ocurriendo en la actualidad.
Narrativamente me parece una estupenda novela, escrita con buen pulso y la buena idea de afrontar un tema que aun no está muy explotado.

27* Pyongyang, de Guy Delisle. He leído esta novela gráfica para seguir recopilando información sobre Corea del norte. En ella el autor nos relata su estancia por trabajo en la ciudad de Pyongyang.

28* Todo se desmorona, de Chinua Achebe. Lo que más me ha gustado de esta novela es el aspecto antropológico: la posibilidad de conocer estas tribus de Nigeria y sus costumbres. También me ha gustado la forma de narrarlo, muy sencilla, objetiva y nada victimista con respecto a los pueblos arrasados por la llegada del hombre blanco. Creo que describe en pocos trazos con mucha precisión los aciertos y errores de ambas civilizaciones, las tribus que allí habitaban y los ingleses que llegan.
Tiene mucho encanto porque, al margen de lo antropológico, de que sucede en un lugar y una época, también habla de personas: gente con carencias, aspiraciones y sufrimientos universales, en los que todos nos podemos reconocer con facilidad.


29* El balcón en invierno, de Luis Landero. Este libro de recuerdos es una joya. En él Landero evoca su infancia en el pueblo de Alburquerque (Badajoz), su adolescencia y juventud en un barrio de Madrid. Yendo atrás y adelante en el tiempo nos invita a mirarnos a nosotros mismos, de dónde venimos, y nos indica con su sabia palabra que no debemos olvidar nuestro pasado, nuestros antepasados, que son parte valiosa de lo que somos. He sentido gran empatía con él, como siempre que le leo. Tiene esa manera de escribir mágica que le hace, a mi entender, uno de los mejores prosistas de la actualidad.

30* La sombra de tu memoria, de Noelia Amarillo. Breve y contundente. Noelia Amarillo tiene una forma de escribir bastante escueta, pero sabe dar con la palabra justa, y narrar con mucha convicción. Esta novela logra apelar a nuestros sentimientos, con el relato de una mujer sencilla y valiente, que pasa por muchas vicisitudes en la vida, y que las salva con ánimo implacable. No me suele gustar el excesivo dramatismo y esa es la única pega que le pondría a esta novela. Por lo demás, muy recomendable.

31* Los novios, de Alessandro Manzoni. Un clásico. Me sorprende que no sea más conocido porque tiene todos los requisitos para ser un imprescindible. Además permite conocer Lombardía en la primera mitad del siglo XVII, cómo era la sociedad, la importancia del estamento eclesiástico, el poder de los señores feudales, los gremios profesionales, los estragos que causaban las epidemias... el argumento es sencillo, sólo una excusa para todo lo demás. No es una lectura ágil por sus largas y monótonas explicaciones pero merece la pena el esfuerzo.

32* El pájaro espectador, de Wallace Stegner. Cuando lo empecé no sabía que trataba sobre un matrimonio en la recta final de su vida, las novelas en las que se detalla la decadencia de la tercera edad me deprimen, así que empecé a leer simplemente porque está escrita por Stegner que, para mí, es un valor seguro.
Afortunadamente la tristeza se compensa con el sentido del humor del narrador protagonista, que nos saca más de una sonrisa. Y también, como era de esperar, por la manera de escribir y la capacidad del autor para analizar una relación de pareja y presentárnosla de manera que todos podemos reconocernos en algún hecho, alguna palabra, algún gesto.

4 comentarios:

  1. Veo que te has animado con Las benévolas, yo lo tengo pendiente pero esperaré a ver qué te pareció.
    Besos. =)

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  2. Si, me he animado y lo que llevo leído me está gustando. Tardaré un poco en terminarlo porque es largo y voy leyéndolo muy poco a poco.
    Un abrazo.

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  3. De Austerlitz recuerdo poco de la trama y que me costó mucho. Es el típico libro al que debo una relectura, además lo describes maravillosamente.

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    1. No es un libro muy fácil de leer pero a cambio da muchas satisfacciones. Nunca me había fijado en este autor y... ya ves, me ha encantado.

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