jueves, 16 de febrero de 2012

14/30. Uno que haya odiado hace años y hoy admira: La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera.

No hay ningún libro que haya odiado y ahora me encante. Hay, eso sí, un libro que no me resultaba atrayente en absoluto y luego, cuando me decidí a leerlo, se convirtió en una de mis novelas favoritas, además de descubrirme a un autor que resultó ser un filón.
Estoy hablando de La insoportable levedad del ser. Lo tenía en casa porque lo compré de una colección que RBA sacó a principios de los noventa y vino junto con otro que me gustaba mucho. Pasó años en la estantería. El título me desalentaba, me hacía pensar que sólo podía tratarse de una novela densa y quizá algo pedante. Cientos de veces pasé por delante sin prestarle mucha atención y dudando seriamente que alguna vez lo llegase a leer.

Por suerte un día dejé mis prejuicios de lado y me sumergí en sus páginas. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme una lectura sencilla y a la vez interesante que me atrapó desde la primera página. Lo que me hechizó de Kundera es su capacidad para lo que yo llamo “la filosofía de estar por casa”. Analiza con brillantez pequeños sucesos y sentimientos de la vida cotidiana, hablando de sus personajes habla de todos nosotros y es muy difícil no sentirse identificado con alguna de las situaciones que relata. ¿Para qué preocuparse de la procedencia de la humanidad si, en el día a día, las relaciones entre los seres humanos plantean incógnitas más sugestivas e inmediatas?

El libro trata de una relación entre un hombre, Tomás y una mujer, Teresa, pero también de la relación de amantes que Tomás tiene con Sabina, y de Franz, el amante de Sabina. La mayor parte de reflexiones de esta novela giran en torno a la pareja y el complejo mundo de la sexualidad y los sentimientos en un relato complejo pero fácil de entender en el que Teresa muere de celos y Tomás la ama hasta el punto de ser “la única mujer con la que le apetece dormir”, pero no puede renunciar a la sexualidad con otras mujeres.
Como telón de fondo se nos presenta una Chequia bajo la férula del comunismo y cómo esto afecta a las personas en su vida cotidiana hasta el punto en que muchos sueñan con emigrar, tema que es una constante en las obras de este autor.

Una novela que invita a la reflexión, una lectura amena y una gran capacidad de escribir se esconden tras un título que, aún hoy, sigo aborreciendo, aunque también le encuentro cierto significado tras haber leído el libro.
Esta experiencia me enseñó a que hemos de dar el valor justo a los títulos. Que uno bonito o evocador resulta muy atrayente, pero uno que no nos agrade ni nos llame la atención puede esconder tras sus páginas horas de buen entretenimiento e incluso una lectura que nos acompañará toda nuestra vida.

El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.

9 comentarios:

  1. A mí lo que me ha ocurrido que es algunos libros que hace diez años me gustaron mucho ahora los encuentro de pésima calidad.

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  2. Hola Luigi.
    Hay varios libros que me encantaron hace años y no se si soportarían una segunda lectura, pero no creo que lo compruebe. :)

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    1. A mi me pasó lo mismo, lo tuve en la estantería durante años sin tocarlo, un día me dio por leerlo y hasta me gustó.

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    2. Vaya, entonces no soy la única. XD

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  3. Para mí Kundera es siempre una apuesta segura: ninguno de sus libros me ha decepcionado. De hecho, hace tiempo que no leo ninguno suyo y tengo ganas de leer "El libro de los amores ridículos". Supongo que no tardaré demasiado en hacerlo.

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  4. Si, es una apuesta segura y un autor al que, cada cierto tiempo, apetece volver a leer. Por lo menos a mí me pasa.
    Un beso, Gabriel.

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  5. A mí Kundera sí, pero no. Ahora, lo mismo que os pasó a vosotras con "La insoportable levedad del ser" me pasó a mí con "Sostiene Pereira". ¿Se puede titular peor una novela, habrá título que incite menos a leer que ése? Suerte que me la recomendó fervientemente un amigo, este mismo año; hoy es una lectura que yo recomendaría a casi todo el mundo.

    A mí me la vendió mi amigo así: "Sostiene Pereira, que aunque viudo y en plena dictadura salazarista en el Portugal de los años treinta, él vivía una vida sencilla, sin sobresaltos, hasta que conoció al jóven Monteiro Rossi. No sabe cómo se fué implicando con él y su amiga Marta, prestándoles dinero para misiones en la clandestinidad. Quizás lo hacía por su cristianismo practicante, aunque no creyese en la resurrección de la carne. Y eso que él no sabía nada de política, aunque trabajase en un periódico lisboeta, porque solo se encargaba de las páginas de cultura, traduciendo a escritores franceses, sobre todo. Pero esta relación le ha cambiado la vida, sostiene."

    Y aquí la sinopsis de Anagrama: http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_329

    Imprescindible.

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  6. Si, es verdad, no es un título muy atractivo. De hecho así, de pronto, no sabes qué significa, ni a qué se refiere eso de sostiene Pereira... luego, cuando te metes en la historia lo entiendes pero antes no.
    Una historia preciosa, ¿eh?

    Caray, qué bien te vendió tu amigo la novela, aprovechando el estilo de Tabucchi. Así no me extraña que te convenciera de leerlo. XD

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  7. Una historia preciosa, emocionante, para indignarse, conmovedora, ¡sí!

    Y es que mi amigo ha leído mucho y tiene muy buen criterio, y aunque no siempre estamos de acuerdo, o me interesa lo que propone, hay veces, como en esta ocasión, que sí, fue suficiente para llevarme de cabeza al libro, ¡y en buena hora!

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