sábado, 17 de marzo de 2018

En los bosques, de Pavel Mielnikov


La orilla izquierda del alto Volga es una zona tupida de árboles, bosques inmensos que albergaban pequeños pueblos aislados de la civilización y, a partir del siglo XVII sirvieron de escondrijo y de hogar a siervos fugitivos, pequeños comerciantes, hombres de armas que huían de la dominación extranjera y también a los raskolnikis que huían de ciudades y pueblos.

En concreto esta novela se centra en algunos de estos raskolnikis.

Pero conviene saber primero algunos datos sobre el autor. Por ejemplo que no fue novelista profesional, tuvo distintos cargos a lo largo de su vida como funcionario del Estado, alternando su profesión con la publicación en periódicos de algunos de sus relatos, pero su obra cumbre fue la dilogía En los bosques y En las montañas, que escribió una vez jubilado.
En concreto En los bosques lo había ido publicando entre 1871 y 1874 en El diario ruso. En 1975 lo redactó de nuevo, lo dividió en cuatro partes y lo publicó por cuenta propia. Acto seguido escribió En las montañas en el que prosigue con personajes e historias que retratan el alma rusa.
Las dos novelas se convirtieron en clásicos y fueron estudiados en los colegios. Por lo visto a la riqueza de personajes e historias se une otra riqueza: la del lenguaje y los dialectos que debe ser interesantísimo pero que una servidora, al desconocer el idioma, no ha podido disfrutar.
Creo que tampoco disfrutaré de la lectura de la segunda parte de la dilogía y me puedo considerar afortunada de tener un ejemplar de En los bosques: creo que es la única edición que existe en español.

Siguiendo con el comentario de la novela creo que merece la pena hablar de la situación histórica de los raskolnikis que pueblan el relato:
En la segunda mitad del siglo XVII bajo el mandato del zar Alexis Mijailovich se hizo una reforma religiosa, de ello se ocupó el regente: Nicon, que depuró la liturgia basándose en los originales griegos de los libros sagrados.
Esta reforma, a pesar de la controversia que generó, salió adelante y esto dio lugar a que un grupo de escisionistas –el raskol- se enarbolaran defensores de la antigua fe. Fueron perseguidos y asediados, gravados con impuestos extra y obligación de vestir ropa distinta pero siguieron defendiendo su tradición, su liturgia, y en este sentido Mielnikov no podría haber elegido mejores representantes para mostrarnos el alma tradicional rusa.
Dentro de este sector de la población, y ya en el siglo XIX -en concreto en la aldea de Osipovka- encontramos a nuestros protagonistas: Patap Maximich Chapurin, un comerciante, persona influyente en su comunidad y su familia, en torno a los cuales se vertebra toda la novela. Esta familia está compuesta por él, su mujer, Axinia Sajarovna, su hija adoptiva Grunia, ya casada y sus dos hijas casaderas: Nastia y Parasha. Por otro lado su hermana Manefa es abadesa en un convento cercano en el que una de las novicias, Flena Vasilievna, no sabe que es hija ilegítima de Manefa.

In a secluded monastery, de Mikhail Nesterov
De ahí el relato se abre en abanico permitiéndonos conocer personajes tan interesantes como el ambicioso Alexis Trifonich Lojmaty, del pueblo de Poromovo, pretendiente de Nastia e hijo de una familia venida a menos a causa de varios robos en sus propiedades; Daría Nikitichna, la cocinera de la familia, mujer de origen humilde con una amarga vida a sus espaldas; María Gavrilovna, viuda rica víctima de un amor imposible que vive cerca del convento de Manefa, donde vino desde Moscú buscando protección, compañía y paz espiritual; Basilio Borisich enviado de Moscú para favorecer la aprobación del obispo Antonio por la comunidad de devotas de la antigua fe.
Hay muchos más, igual de interesantes, pero no viene a cuento mencionar más aquí. El hecho es que este despliegue de personajes pone las bases para que se puedan tocar temas variados de aquella sociedad tan lejana en el espacio y en el tiempo: cómo se organizaban económicamente las familias, el novedoso negocio por entonces de los barcos de vapor como síntoma de la revolución industrial que venía de Europa, el oscuro negocio de los billetes falsos, las numerosas costumbres, fiestas, canciones y rituales, las bodas por rapto, en las que el novio rapta a la novia para eludir matrimonios de conveniencia impuestos por los padres…

He leído este libro como quien da un largo y agradable paseo, parando de vez en cuando a lo largo del camino para descubrir con sorpresa la narración de la vida de otro de los personajes. Esos momentos en los que Mielnikov empieza a contarnos quien es cada uno de los personajes secundarios y nos desvela sus luces y sus sombras, sus penas y alegrías han sido una de las mejores experiencias que he tenido como lectora en los últimos meses.

Copio a continuación el comienzo del libro, en el que queda claro desde el principio, que nuestros protagonistas son unos rusos cualquiera: son lo más tradicional y genuino que ha dado aquella tierra.
Y en verdad lo son.

"En la orilla izquierda del Volga, rio arriba, la vida resulta grata. El habitante de esta región desde Ribinsk hasta la confluencia del Kerschenets es ingenioso, decidido, inteligente y habilidoso.
A medida que se desciende la cosa cambia: comienza el monte bajo, donde habitan los cheremisos de las praderas, los chuvaschos, los tártaros. Y más al sur, pasado el Kama, se encuentran las estepas, pobladas por otras gentes, rusas, pero diferentes de las establecidas más arriba.
Aquí la población es reciente, mientras que en la parte alta de la orilla izquierda la vieja Rusia habita desde tiempo inmemorial en bosques y marismas."


Beyond the Volga, de Mikhail Nesterov
                                                           

Bibliografía: En los bosques. Traductores: Natalia Varamsina y Consuelo Berges. Ediciones Arión, colección Clásicos inéditos. Dos volúmenes de 677 y 610 páginas.

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