martes, 7 de mayo de 2013

Cuaderno de bitácora 2013

1* La bodega, de Vicente Blasco Ibáñez. Certera y bien ambientada recreación del antagonismo entre jornaleros y señoritos en Jeréz a fines de siglo XIX.

2* Los desorientados, de Amin Maalouf. Un libro muy emotivo sobre la amistad que, además, consigue hacernos reflexionar sobre el exilio y las relaciones entre occidente y el mundo árabe, entre otros temas.

3* El camino, de Miguel Delibes. Es una novela tan enternecedora como divertida que nos lleva de la mano al paraíso perdido de la infancia.

4* El estercolero, de Aleksandr Kuprin. La vejación de la vida en un burdel, la trata de blancas... sorprende lo actual que resulta su lectura. Excelente la pluma de Kuprin, a la altura del resto de genios rusos.

5* Los habitantes del bosque, de Thomas Hardy. Preciosa historia que nos sumerge en un lugar y una época muy diferente a la actual y sin embargo consigue hacerse cercana y que la vivamos intensamente porque las pasiones... no saben de tiempo ni de espacio.

6* Elegía, de Philip Roth. La muerte está presente en cada uno de los días de nuestra vida, no hay escapatoria y, llegado el momento, hacemos un repaso del pasado... para acabar entregándonos a lo ineludible. Una novela triste pero llena de fuerza y bien relatada.

7* La herencia de Eszter, de Sandor Marai. Otra estupenda novela de este gran autor: intimista, introspectiva y con una excelente caracterización de personajes. El carácter tan fascinante de Lajos resulta un tanto irreal pero sí creo que hay personas que se acercan a tener esa personalidad subyugadora.

8* La tierra, de Émile Zola. Tremenda descripción de la vida y la forma de ser de los campesinos de la beaucé francesa a fines de siglo XIX. Sacude por dentro tanto como fascina el relato de este excepcional autor.

9* Viaje de invierno, de Amelie Nothomb. Impactante historia de amor muy al estilo de esta autora: muy efectista, algo sorprendente y con algunas reflexiones interesantes. No hay mucho más que rascar.

10* El dios de la lluvia llora sobre México, de László Passuth. Excelente recreación de la conquista de México por Hernán Cortés. Algo irregular en su estructura, no me ha gustado la subjetividad con que trata a algunos de sus personajes pero me ha encantado como está escrita, con pasajes realmente poéticos y emotivos.

11* La azucena roja, de Anatole France. El arte y el amor se dan de la mano en este drama romántico cuyo título se ha inspirado en el símbolo de Florencia, lugar repleto de arte y belleza donde transcurre gran parte de la acción.

12* Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé. Magnífica novela (otra más) de Marsé. Sensual, irónica, una interesante crónica de la Barcelona de posguerra y de los amores entre distintas clases sociales, un personaje atractivo y casi humano que se ha quedado en mi corazón: el pijoaparte.

13* Los tejones, de Leonid Leónov. En los comienzos del nuevo orden en Rusia, tras la caída de los zares, un grupo de mujics, que se sintieron expoliados por las recaudaciones de productos del campo, se amotinaron: se atrincheraron en el interior de un espeso bosque resistiéndose a las autoridades, haciendo sus casas en la tierra arenosa que allí había, como los tejones que ocupaban aquel lugar. De ahí el nombre por el que fueron conocidos: los tejones.
Una interesante novela de un autor desconocido aquí.

14* La huida de Morgan, de Colleen MacCullough. Conmovedora historia ambientada en los inicios de la colonización de Australia (y en concreto de la isla de Norfolk) por convictos británicos. Un tema interesante sobre el que quiero seguir leyendo y una autora muy documentada y hábil en el oficio de escribir.

15* El crucero de la chatarra rodante, de Francis Scott FitzGerald. El autor y su mujer, Zelda, deciden partir desde Nueva York hacia Alabama (tierra natal de ella) con la excusa de comer galletas y melocotones. Lo hacen en su automóvil Expenso, de quien todos dicen no será capaz de llegar a su destino. Las situaciones cómicas, el buen humor de la pareja y la excelente pluma de Fitzgerald hacen de este corto librito un excelente compañero en momentos en que necesitamos un poco de humor.

16* El amor de un hombre de cincuenta años, de Anthony Trollope. Una novela victoriana muy sencillita pero que recoge una gran variedad de emociones que te hacen vibrar al leerlo. Un trío amoroso cuya solución pende de un hilo hasta el final.

17* La buena novela, de Laurence Cossé. Metaliteratura en estado puro, para todo aquel que se puedan sentir identificado con ese sueño de la existencia de una librería que distinga entre la literatura de calidad y las montañas de libros que nada tienen que ver con el verdadero talento. Una trama de novela negra y muchas referencias a libros y escritores, al deseo de leer, el mundo editorial y todo aquello que rodea a la afición por la lectura.

18* Kafka en la orilla, de Haruki Murakami. Impactante novela. Había leído Tokio blues, de corte realista y no sospechaba con lo que me iba a encontrar. Me he visto envuelta en una trama fascinante, con personajes de lo más atractivo y una serie de hechos que no se si denominar paranormales, subrealistas, oníricos... pero que me han dejado fascinada. Tiene un argumento extraño, que no se si he entendido bien, pero si se de cierto que me ha transmitido muchas sensaciones, que me ha enganchado de principio a fin y que adoro a ese personaje -casi angelical- llamado Nakata.

19* La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza. Combinando sucesos reales y ficticios el autor consigue hacer un muy bien documentado retrato de Barcelona en el periodo situado entre las dos exposiciones universales (1888-1929), años que supusieron un punto de inflexión para el crecimiento y la modernización de la ciudad. Personajes estrafalarios, algunos toques fantásticos y otros de humor negro -amén de abundante información histórica- hacen el relato ameno e interesante.

20* Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh. Estupendo drama en el ambiente de la alta sociedad británica de entreguerras, cuyo centro es la familia de Sebastian Flyte (sus padres separados, su hermano y sus dos hermanas), los convencionales y a la vez peculiares habitantes de Brideshead.
La narración es exquisita y envolvente, la historia fascinante y la crítica al catolicismo demoledora. Que cada uno se quede con el aspecto que más le guste.

21* Viento del norte, de Elena Quiroga. Es... casi perfecta: una narración clásica, una inmersión en tierras gallegas (en el fondo y en la forma)... una novela bien estructurada con personajes de esos inolvidables que te calan hondo.
Elena Quiroga hace un análisis asombroso de las motivaciones humanas y consigue que sientas el libro en las entrañas, algo bastante difícil, a mi entender. Aunque personalmente hubiera preferido sentir algo menos el libro y que hubiese menos de dramatismo, puesto que el que hay me parece excesivo.

22* Memorias del subsuelo, de Fedor Dostoievski. El genio ruso crea para nosotros el perfecto antihéroe, un hombre atormentado, mezquino, soberbio, orgulloso, cruel... Aunque me parece una obra menor merece la pena siempre explorar el alma humana de la mano de este autor.

23* Tren nocturno a Lisboa, de Pascal Mercier. Interesante novela en torno a la figura de un hombre: Amadeu Prado, médico, escritor y miembro de la resistencia contra Salazar. Mediante sus textos, que aparecen diseminados por toda la novela, y el testimonio de los que le trataron llegamos a conocerle bastante. Recomendable para los que amamos Portugal, aunque a ratos resulta un poco largo por repetitivo.

24* Conversación en La catedral, de Mario Vargas Llosa. Uno de los mejores libros que he leído en mi vida. Este autor me hipnotiza, me conmueve, me transporta... no tengo palabras para describir lo mucho que disfruto sus libros y cuanto admiro su genialidad a la hora de escribir. ¡Chapeau, querido Mario!

25* Retorno a Howards End, de Edward Morgan Forster. Deliciosa, como todas las novelas de Forster, con un personaje central (Margaret) que parece bastante evolucionado para su época y una locuela encantadora (su hermana Helen) que nos gana el corazón.

26* A sangre fría, de Truman Capote. Excelente recreación de un crimen ocurrido en un pueblo de Kansas en 1959. El crimen es despreciable y espeluznante (no muy diferente de tantos otros) pero Capote, con su maravillosa manera de narrar y la profundidad de sus investigaciones lo convierte en obra de arte.

27* Los Maia, de Jose Maria Eça de Queiros. ¿Qué se puede decir de Eça de Queiros? Hablar de lo bien que escribe no es hacerle suficiente justicia, porque no es sólo que escriba bien: es que sus personajes encarnan vida, su Lisboa se siente y se huele y de su pluma conocemos el Portugal decimonónico y aristocrático de la mano de personajes que nos roban el corazón, como Afonso da Maia. Si con El primo Basilio me conquistó con Los Maia queda entre mis escritores favoritos.

28* La casa del Callejón, de María Messina. Breve e intensa novelita de esta casi desconocida autora siciliana. Un relato con destellos líricos y una profunda amargura para describir la vida de dos hermanas en la Sicilia de principios de siglo pasado, donde el papel de las mujeres era el de meras sirvientas del hombre, abocadas la gran mayoría de ellas al encierro, la maternidad, la ignorancia y la sumisión.

29* Trenes rigurosamente vigilados, de Bohumil Hrabal. Un aprendiz de factor en la estación de trenes de una ciudad checa puede tener una visión interesante de la invasión alemana. No he empatizado mucho con el personaje ni con lo que cuenta en general pero reconozco el mérito de la novela: está bien escrita y tiene unos toques de humor muy divertidos.

30* El corazón helado, de Almudena Grandes. Estupenda novela de esta maravillosa escritora a la que tanto admiro. Posee una trama bien elaborada que no deja ni un cabo suelto, unos protagonistas atractivos con los que se simpatiza enseguida y es, además, un interesante ejercicio de memoria sobre los exiliados republicanos de la guerra civil. 
Lo encuentro un poco repetitivo en el sentido de que machaca mucho sobre los mismos conceptos y sentimientos, y eso alarga demasiado la novela y a mí me cansa a ratos, pero el balance general es muy positivo.

31* Grandes esperanzas, de Charles Dickens. Es la segunda novela que leo de este autor y he vuelto a quedarme prendada de sus personajes y los ambientes que sabe crear y que envuelven conforme se avanza en la lectura. Nadie como Joe para encarnar la fidelidad y la nobleza, o como la señorita Havisham para aportar un toque inquietante al relato.
¡Qué grande es Dickens!

32* La noche de los tiempos, de Antonio Muñoz Molina. Creo que con esta novela el autor se ha superado a sí mismo, ha hecho una labor enorme y muy valiosa de documentación y ambientación en un momento histórico que personalmente me parece muy interesante. Es un escrito largo y muy trabajado, con una estructura de idas y venidas en el tiempo paralelas al pensamiento del personaje que no me parece nada fácil de llevar a cabo. Además Muñoz Molina escribe muy bien, maneja los adjetivos como nadie y resulta tan evocador... que es imposible no volver sobre alguno de sus párrafos para leerlos de nuevo. Una maravilla de lectura, que nadie se asuste por sus más de 900 páginas porque todas y cada una se leen con gusto y merecen la pena.

33* Los cipreses creen en dios (Guerra civil española 1/4), de José María Gironella. Una buena novela de un autor al que jamás había leído. Pretende ser una imagen de lo que ocurrió en España durante la segunda república ciñéndose geográficamente a la ciudad de Gerona, y a unos personajes que pueden resultar representativos: la familia Alvear. El relato comienza presentando a esta entrañable familia compuesta por padre, madre (Matías y Carmen) y tres hijos (Ignacio, César y Pilar) para luego ir abriéndose al resto de la comunidad y presentarnos las tensiones sociales y las distintas tendencias políticas desde los años en que aún se disfrutaba de paz y de una relativa normalidad hasta el desencadenamiento de la guerra.

 34* El vizconde demediado (Trilogía de nuestros antespasados 1), de Italo Calvino. Una fábula llena de imaginación donde se cuestiona, no sin humor e ironía, la misma esencia de la naturaleza humana. Nuestra capacidad para el bien y para el mal y la imposibilidad de que seamos netamente lo uno o lo otro. Para bien, creo.

35* La librería ambulante, de Christopher Morley. Helen es granjera, vive con su hermano y se dedica a trabajar todo el día mientras su hermano, por su oficio de escritor, se va por temporadas a buscar inspiración. Pero un día Helen encuentra la oportunidad de vivir sus propias aventuras.
Una novelita amena y agradable de leer, ideal para intercalar con otras lecturas más densas.

36* El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias. Dicen que fue la primera de las denominadas "novelas de dictador". A mí me ha parecido un relato tremendo y brillantemente escrito de los mecanismos ocultos que avalan la pervivencia de cualquier régimen autoritario: la mentira, el terror, la tortura y la muerte de disidentes e inocentes.

37* El hijo del hijo pródigo (Trilogía Destellos en el abismo 1), de Soma Morgenstern. Es una novela interesante y bien escrita, que nos permite conocer de cerca la sociedad judía centroeuropea de antes del holocausto.

38* En la orilla, de Rafael Chirbes. Realista y corrosiva mirada a la actualidad de nuestro país desde el punto de vista de un hombre de 70 años, afincado en un pueblo levantino, que acaba arruinado por una mala inversión y da un repaso profundamente pesimista y desolador tanto a su vida como a la realidad que la envuelve: sociedad, familia, amigos, amores, el trasfondo materialista e interesado de cualquier relación en cualquier ámbito... nada escapa a la mirada hipercrítica del protagonista y a su lenguaje directo y mordaz, conmoviéndonos hasta lo más hondo porque al fin todas sus reflexiones no dejan de ser la cruda realidad de todos hoy por hoy.

39* Las hermanas Grimes, de Richard Yates. Grimes no se extiende con descripciones innecesarias, relata sus historias de una manera sencilla y directa, sin ambages, quizá por ello logra calar tan hondo en el lector. Por ello y porque trata temas universales que a todos atañen: el paso del tiempo, la soledad, la tristeza de las relaciones fallidas... en esta novela las dos hermanas Grimes, Sarah y Emily, escogen dos tipos de vida diferentes, dentro del entorno de los años 40 y 50 en Estados Unidos: una se casa y forma una familia y la otra se convierte en una profesional independiente con múltiples relaciones. ¿Alguna de ellas logrará la ansiada felicidad? 

40* Dora Bruder, de Patrick Modiano. Un libro estremecedor. El autor sigue el rastro de una adolescente judía durante la segunda guerra mundial, en el París ocupado por los alemanes. Es estremecedor seguir sus pasos, a la vez que el círculo de la muerte se iba cerrando en torno a los judíos que allí vivían.

41* La vida de las mujeres, de Alice Munro. Se puede tomar como una novela porque es un grupo de relatos que escribe una niña, llamada Del Jordan, en primera persona, y tienen mucho que ver unos con otros.
En un pueblo de Canadá de los años 40 la vida de las mujeres aparece espléndidamente retratada de manos de esta chica extraordinariamente perspicaz. A través de sus experiencias, sus amigas, el conocimiento de la religión, su madre feminista, las vivencias en la granja de sus padres y en la ciudad de Jubilee Del pasa de la niñez a la juventud y nosotros, de su mano, y a pesar de la distancia en el tiempo y en el espacio, podemos vivirlo con ella.
Una obra excelente y totalmente recomendable. Creo que Munro se merece con creces su reciente Nobel.

42* El árbol de la ciencia, de Pío Baroja. Me ha gustado, ¡cómo no! Aunque reconozco que lo que más me ha interesado es el relato costumbrista: las descripciones de Madrid son impagables, así como el retrato de personajes que van apareciendo a lo largo de la novela.
También son muy interesantes las reflexiones filosóficas y básicas para entender al protagonista, Andrés Hurtado, así como al propio autor.

43* Historia de un alemán (Memorias 1914-1933), de Sebastian Haffner. Excelente testimonio de un alemán ario, culto e inteligente de los años de ascenso de Hitler y el nacional-socialismo. Ofrece las claves para entender los cambios políticos y sociales que se produjeron a nivel del hombre de la calle, aquel cuya biografía no aparece en los ensayos históricos pero es un elemento esencial para comprender procesos como el que nos ocupa.

44* Memorial del convento, de José Saramago. Otra novela de este autor que me encanta, probablemente una de las mejores que he leído de él. En un periodo histórico interesante que son los años de la construcción del convento de Mafra, de 1717 a 1730, nos relata la historia de Baltasar Sietesoles y Blimunda Sietelunas, cuya vida gira en torno, tanto de las construcción del convento, como de la fabricación de una máquina de volar: la pasarola.


45* Sin destino, de Imre Kertész. Un adolescente húngaro de 15 años es detenido una mañana y llevado a los campos de trabajo. Esta es su espeluznante experiencia que, a pesar del desapego con que la cuenta, o quizás por eso, nos remueve hasta lo más hondo.
No había leído a Kertész hasta ahora y me alegro de haberlo descubierto.

32 comentarios:

  1. Lola: ¡así que eso has estado leyendo!
    No conocía ese libro sobre la conquista de México ¡gracias por descubrírmelo!!
    un beso,
    Ale.

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué tal "El crucero de la chatarra rodante"? 1 abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Ale, creo que te gustará el libro de Passuth. Un abrazo.

    Calle del Orco... si te gusta Fitzgerald te gustará este pequeño libro. Además es divertido, ¿qué más se puede pedir? ;-)

    ResponderEliminar
  4. Hola LOla...enhorabuena por tu blog¡¡acabo de descubrirlo¡¡¡
    ¿que es el cuaderno de bitácora?lo que vas a leer este año,lo que has leido?he visto que coincidimos en muchas lecturas,Lajos Zilhay,Sandor Marai,Stefan Zweig...Miljenko Jergovic,de 2013 he leido también ´´la buena novela´´y ´´los habitantes del bosque´´me han gustado mucho.Tengo una pequeña librería y suelo estar al día pero lamentablemente no tengo ninguna clienta como tú ,con gustos tan similares a los míos.
    saludos
    Lidia

    ResponderEliminar
  5. Hola Lidia. ¡Qué bien que compartamos tantas lecturas! Y qué suerte tienes de trabajar rodeada de libros... Por cierto, ¿dónde está tu librería?
    El cuaderno de bitácora es como llamo a las lecturas que voy haciendo. Antes escribía reseñas, ahora llevo un tiempo que no me apetece y por no tener el blog totalmente inactivo voy poniendo lo que leo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Hola LOla...aún estoy leyendo tu blog...es una pena que no hagas reseñas,de verdad,son buenísimas...la de Zilhay ,me ha encantado,yo los Dukay lo tengo en Alfaguara,que fué donde lo descubrí ,pero ahora acabo de ver lo de Ivo Andric,que me encanta y para más inri haces referencia a GEneralic,que precisamente,como mis viajes son litetarios,nos vamos a ZAgreb y el de arte naif es uno de los museos que quiero visitar.
    Mi libreria era de mi padre ,tiene 46 años y está en Ferrol(La Coruña).
    saludos
    Lidia(vietnamforo@hotmail.com)

    ResponderEliminar
  7. Pero si ahora he visto que has leido a Dezso Kostolanyi¡¡¡¡La semana pasada terminé ´´La cometa dorada ´´y ayer ´´Álondra´´y también pienso que es una joya,me han encantado las dos reseñas ....pedí ´´Anna la dulce´´y como el prólogo es de Peter ESterhazy ,también he pedido ´´Armonía celestial´´pero aún no me han llegado ,y hoy siguiendo con la Vojvodina,he traido ´´el uso del hombre´´de aleksander Tisma que lo poquito que he leido me parece fantástico.
    Lidia

    ResponderEliminar
  8. Bueeeeeno... XD Esterhazy y Tisma son dos de mis pendientes. No es habitual conocer gente que lea Zilahy, Andric... ¡y Kosztolányi! La novela que más me gustó fue Alondra, es amarga y bellísima a la vez... uf... aún recuerdo la impresión que me dejó la soledad tan terrible de la chica, la incomunicación de esa familia.
    ¿Te vas a Zagreb? Ayyyy, qué ganas tengo de visitar Los Balcanes.
    A mí me encanta el arte naïf. No soy aficionada a la pintura pero el naïf y el impresionismo son mis debilidades.
    Bueno Lidia, me alegra hablar contigo. Si me pillase más cerca tu librería te iba a hacer una visita pero de momento no va a poder ser.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Hola Lola,sigo leyendo reseñas,he visto en la entrada de Rusia el de ´´La familia Gololiov´´lo ha reeditado en septiembre, la editorial Nevsky Prospect,pero aún no lo he leido .Estoy de acuerdo contigo en que Konstolányi es un gran conocedor de la naturaleza humana,como Marai ...lo que relata en Alondra es muy triste pero tan frecuente..
    Suelo elegir los viajes por los libros que leo y como este año hubo mucho yugoslavo pues empiezo por CRoacia..tampoco soy aficionada a la pintura ni tengo conocimientos pero cuando vi los cuadros naif en la guia de Croacia ,me entusiasmaron .
    Acabé el de Tisma,por lo visto son cinco libros,que constituyen ´´Ramas entrelazadas´´y este era el segundo pero no importa a la hora de leerlos.ES un libro precioso que se desarrolla en Novisad antes y después de la segunda guerra mundial,también describe muy bien a los personajes,que son bastante singulares y como vive y afronta cada uno la guerra y posguerra.
    Ahora le toca a ESterhazy...¿que estás leyendo tu?
    un beso
    Lidia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lidia, te responderé por correo electrónico.
      Un beso.

      Eliminar
  10. Me encantó el de Marai; el de Murakami me pareció insufrible hacia la última parte pero no descarto leerle otros. Me han recomendado mucho el de Gironella, siento no haberlo leído contigo. ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marai y Murakami son para mí valores seguros, y de Gironella me ha encantado el primero de la tetralogía. A ver los demás...
      Un abrazo.

      Eliminar
  11. Bueno, superado el Reto de los 30 empiezo hoy a comentar otras entradas de tu blog, por ahora tu cuaderno de bitácora 2013, si no me diriges mejor a otra parte… Y por partes…

    Blasco Ibáñez posiblemente sea mi autor español favorito, he leído bastantes novelas suyas –mi favorita, “La barraca”, por ahora, aunque “Cañas y barro” no le va a la zaga, claro- y mira, “La bodega” no la conocía y me interesa muy mucho el tema. Me la apunto.

    También me interesa el tema de la amistad, y ya eres la segunda persona, buena lectora, que me habla bien de “Los desorientados”. Quizá la lea antes de lo previsto, así. Y lo mismo “Los Maia”.

    De Marai he leído yo este año “El último encuentro”, precisamente sobre la amistad traicionada, lo que la acerca también a “La herencia de Eszter”, y sí, me pareció grande el novelista en el estudio psicológico de los personajes, además de bellísima su prosa. Le volveré a leer seguro, sólo que me atraen más otras novelas suyas, como “Los rebeldes”, “La gaviota” y “La hermana”.

    En 2013 me estrené también con Roth, y su “Pastoral americana”, y también repetiré. “Némesis”, seguramente. Y lo mismo con Modiano, de quien leí, además de la conmovedora “Dora Bruder”, “El horizonte”. A Delibes, Hardy y Baroja –“El árbol de la ciencia” era lectura obligada en el cole en mi época, ¿te imaginas, libro más inapropiado para adolescentes? Si a mí, que siempre me gustó leer se me hizo cuesta arriba, ¿te imaginas la de gente que habrá alejado de la lectura, semejante propuesta?-, en cambio, creo que ya no los leo más: me gustan, pero no lo bastante.

    Del genial Zola ya hemos hablado bastante, jejeje, y también del gran Dickens, del indiscutible Dostoievski y del magistral Vargas Llosa, con esa maravilla que es “Conversación en la catedral”, así que pasemos a la Nothomb. A mí me gusta también su sentido del humor, que lo tiene y mucho, me parece una autora muy original y admiro en ella que parezca haber hallado una fórmula mágica para atraer a millones de lectores con un estilo propio y novelas breves que se leen con mucha facilidad, sin que tengan nada de simples. He leído varias de sus novelas –mi preferida, “Diario de Golondrina”, por ahora, me reí mucho con “Estupor y temblores”, y también me parecen muy interesantes “Ácido sulfúrico” y “Cosmética del enemigo”- y todavía tengo ganas de más.

    Leí hace tiempo “La azucena roja” y no me dejó huella, y no me gustaron tanto como a ti, aunque me parezcan buenas novelas, “Últimas tardes con Teresa” y “La ciudad de los prodigios” –más la primera que la segunda, sin duda-. Coincidimos en el juicio a “Trenes rigurosamente vigilados”, eso sí. Y también a Almudena Grandes, que lo de repetir(se) lo hace además, creo yo, plenamente consciente de lo que hace, porque se lo vi también en “Malena…” y parece que es algo marca de la casa… que ni entiendo por qué lo hace, ni me gusta. Más bien al contrario, me cansa. Sólo que mira, como ya dije por ahí, “El corazón helado” me tiene el corazón robado, por lo que cuenta, que tan necesario me parece, aunque duela tantísimo.

    ResponderEliminar
  12. Pereza me da también leer otra novela de dictadores, como “El señor presidente”. Si hasta me la da “La fiesta del Chivo”, imagínate la de Asturias…

    Tampoco Murakami me llama más la atención, después de leer “Al sur de la frontera, al este del sol” y parecerme una novela como tantas, sin nada especial. Claro que quizá elegí mal, que si no es de sus obras más conocidas y leídas será por algo, pero igualmente, no me interesa nada de lo que escribe, creo que no es para mí… Como tampoco los demás escritores japoneses me han convencido…

    ¿Me apunto “La huida de Morgan”, crees que me va a gustar? Parece interesante, aunque no sé por qué algo me echa para atrás… Y me ocurre lo mismo con “Retorno a Brideshead”, “Viento del norte”, “Los cipreses creen en Dios”, “Alondra”… ¿Me recomiendas muy mucho alguno de éstos, ahora que nos vamos conociendo y sabes que tenemos gustos parecidos pero también algunas discrepancias? ;-)

    Y también con Muñoz Molina, sólo que en su caso, creo que me has convencido para leerle por fin. Ahora bien, ¿con cuál empiezo? ¿Has leído “Sefarad”, tú? Es que a mí ésa es la que siempre he tenido por ahí rondándome, para empezar con este autor, pero pinta también tan bien, la que tú comentas… Y luego otra gente me ha recomendado sobre todo “El jinete polaco”. ¿Me ayudas a decidirme también en ese sentido?

    En mi lista de próximas lecturas están “El libro de Blam”, de Aleksandar Tisma, “La librería ambulante” y “En la orilla”, y de Alice Munro caerá “Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio”. Y me interesa mucho saber qué te parece “Memorial del convento”, de mi querido Saramago, que probable es que elija esa novela suya, cuando le vuelva a leer…














    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En cuanto a "Memorial del convento" algún año de estos lo terminaré, supongo. Lo estoy leyendo junto a "Historia de un alemán", este último para el grupo de lectura del holocausto, y no avanzo con ninguno de los dos porque tengo poco tiempo para dedicar a la lectura.
      Pero te adelanto que me está gustando mucho, mucho, mucho. ;-)

      Eliminar
  13. ¡Hola Albert! De las novelas que me preguntas si te recomiendo muy mucho... pues no se qué decirte... ante la duda no te las recomiendo mucho, sólo un poco. Quizá un poco más "Alondra", Dezso Kostolányi es un escritor digno de leerse, porque es muy bueno, y creo que te gustaría.

    Con respecto a Muñoz Molina no te puedo hablar sobre "Sefarad" porque no lo he leído (aunque será el próximo) pero creo que "El jinete polaco" es un excelente libro para iniciarse. ¡Buena lectura!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pues me las apunto todas, con prioridad para "Alondra", jejeje... Y de Muñoz Molina, ¿mejor "El jinete polaco" que "La noche de los tiempos"? Ay, qué sinvivir... ;-)

      Eliminar
    2. Son distintas, a mí me gustaron mucho las dos, te decía que "El jinete polaco" está bien para empezar. "La noche de los tiempos" también es buena opción... yo creo que una vez leas uno caerás en las redes de Muñoz Molina y acabarás leyendo los demás, así que ¿por qué no eliges aquel cuyo argumento más te atraiga?

      Eliminar
  14. Está bien, leeré Sefaraaad... ;-)

    Ah, otra cosa, leí no hace mucho algo donde aparecía un personaje llamado Alondra, o alguien llamaba a algún personaje así, ¿o sería una película? Ay, mi memoria de pez...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Buena elección! ;-)

      Lo de Alondra... pues yo el único personaje que conozco con ese nombre es la protagonista del libro del mismo título, que comentábamos antes.

      También podría ser un personaje de telenovela, revisa las que has visto últimamente. XD

      Eliminar
  15. Jajajaja, eso vi... buscando a Alondra en Google, jejeje...

    ResponderEliminar
  16. Voy con mi cuaderno, jejeje... Aunque antes quisiera subrayar que además de que me hizo gracia ver que tú también ibas apuntando lo leído en el año, me encantó ver que además coincidimos en lecturas, las mismas o parecidas, que leemos más o menos a un mismo ritmo... Y ahora sí, al lío, va...

    1. Los miserables, de Víctor Hugo. Relectura para empezar el año con el mejor pie posible, y a fe que lo consigo. Vuelve a conmoverme hasta las trancas la miseria moral de un sistema, una sociedad, un ser humano que sólo se ceba con los que menos tienen, y a revelárseme que sólo hacer el bien siempre puede redimirnos. Y esa lucha contra el mal que todas podemos sufrir o practicar, con el sinfín de elementos que gravitan a su alrededor y conforman el universo que el autor puso sobre el papel, es la que hace de ésta mi novela favorita de todos los tiempos.


    2. La epopeya de los harafish, de Naguib Mahfuz. En un mundo dividido entre poderosos y despojados, esta saga familiar nos muestra lo mejor y lo peor de un ser humano que repite una y otra vez los mismos errores, y también las mismas buenas acciones. La novela, por otra parte, me acaba de confirmar que la literatura árabe deudora de “Las mil y una noches”, que por lo que sé es casi toda, no termina de ser para mí.

    3. ¡Vivir!, de Yu Hua. Un anciano cuya única compañía es un buey le explica al narrador como por su mala cabeza acabó pasando las de Caín durante buena parte de su vida. Con sentido del humor y carga dramática a partes iguales, esta novela que me recordó tantísimo a “La buena tierra”, de Pearl S. Buck, me hizo reír y llorar como una magdalena.

    4. El tambor de hojalata, de Günter Grass. No pude con la historia de Óscar, el niño que no quería crecer y que rompía un mundo que no le gustaba nada; se me hacían largas las páginas, pesadas, repetidas… Y lo dejé a medias.

    5. La acabadora, de Michela Murgia. La autora nos invita a visitar un pequeño pueblo de Cerdeña donde en los años cincuenta, perviven todavía costumbres ancestrales como la eutanasia, al tiempo que descubre la vida –y la muerte- una niña, cuarta hija de una familia humilde que la descuida, adoptada por la anciana que da título a la novela. Y lo hace con una voz que se me antoja muy personal, potente y delicada a la vez.

    6. Trenes rigurosamente vigilados, de Bohumil Hrabal. Se me repiten también las novelas de humor absurdo de los países del Este europeos, pero los lectores que gusten de este tipo de historias pasarán sin duda un buen rato.

    7. Rosa cándida, de Audur Ava Ólafsdóttir. Quizá esperaba demasiado, de esta novela, leídas tantas críticas que la dejaban por las nubes; el caso es que casi no recuerdo nada de lo leído, con lo que por mi parte queda todo dicho.

    8. Dora Bruder, de Patrick Modiano. Conmovedora, sí, aunque ese estilo tan despojado, sobrio, casi de crónica periodística o de acta notarial…

    9. Pastoral americana, de Philip Roth. De cómo se caen los mitos, y con ellos familias enteras, y con ellas sociedades enteras, el sueño americano por completo, víctima aquí de tanta hipocresía, doble moral, todo fachada y tan podrido por dentro. Aunque también hay espacio para los buenos sentimientos, para la empatía, para la compasión…

    10. Más allá del tiempo, de David Grossmann. De los estragos que provoca en los padres la muerte de un hijo, otra conmovedora novela, aunque no acabé de entrar en la novela, no sé por qué, probablemente por algo relacionado con el estilo, con la forma de escribir del autor…

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué interesante cuaderno de bitácora! XD
      Cierto que compartimos lecturas, parece a propósito. Pero también hay libros y autores en tu lista que desconozco, algunos muy interesantes de los que tomo nota.

      "La epopeya de los harafish" sí quiero leerlo, a mí Mahfuz me gusta aunque no acabo de encontrar el nexo con "Las mil y una noches" Cuéntame, Albert, porque no he leído mucho de escritores árabes y estoy pez ¿cual es esa literatura deudora de "Las mil y una noches"?

      Me apunto "La acabadora" y "Vivir", que tiene buenísima pinta.
      "El tambor de hojalata" es mi eterno pendiente y creo que de momento lo va a seguir siendo.
      Con Philip Roth pienso seguir, por supuesto.
      Y Grossmann... no se, creo que tuve bastante con "Vida y destino".
      Peeeeero.... nada es definitivo. XD

      Eliminar
    2. Bueno, yo es que creo que casi toda la literatura árabe, Lola, que muchas de las novelas que he leído tienen ese tono como de podríamos decir ¿realismo mágico? Y de narración oral, con una cierta morosidad en el contar que a mí me desconecta un poco, que impide, o evita -esto ya no lo sabría decir-, el profundizar en la vida interior de los personajes, no encuentro demasiado análisis psicológico de los mismos, y eso me los hace un poco planos, no sé... Pero bueno, quizá todo sean manías mías, que tampoco es que haya leído a tantos escritores de esas culturas...

      Ah, tú hablas de Vasili Grossmann, Lola, y te digo que yo también tuve bastante con "Vida y destino", por cierto... David es un escritor israelí, y por cierto lo que cuenta en esa novela, que veo que olvidé decirlo, es autobiográfico...


      Eliminar
  17. 11. Los perros y los lobos, de Irene Nemirovsky. Dos parientes lejanos, judíos de distinta clase social que sufrieron cada uno a su manera la tragedia que tuvo que padecer este pueblo y que todos conocemos, se reencuentran años después en París y renacen viejos sentimientos, la pasión de antaño, a despecho de sus cónyuges actuales. Impresionantes retratos psicológicos, sutileza en el estilo…

    12. El horizonte, de Patrick Modiano. Otra novela de encuentros y desencuentros y reencuentros, de estilo modianesco, que como dije antes a mí sí, pero no, o mejor no sé; veré a la tercera, si va la vencida.

    13. El cazador de caballos, de Mari Sandoz. Siempre me han interesado, y me siguen interesando, los indios norteamericanos, su Historia y sus historias, y ésta, de un chaval que odia matar y que ama a los caballos por encima de todo, pintaba muy bien, pero se queda corta como obra literaria; vale más como documento testimonial, para saber cómo eran y cómo vivían las tribus que en el texto aparecen, poco más.

    14. El ejército fantasma, de Joseph Kessel. Conmovedor relato desde dentro de la Resistencia frente a la ocupación nazi del país vecino, en el que el escritor nos muestra las dos caras de la moneda, esto es lo bonita que es la lucha codo a codo por unos ideales, la camaradería frente a la barbarie, la generosidad frente al abuso de poder y el uso de la fuerza que sólo hace por destruir la belleza por un lado, y por otro lo triste y terrible que fue lo que tuvieron que padecer aquellos resistentes, lo duro de vivir en condiciones penosas, la crueldad de las torturas y los asesinatos de que fueron víctimas, los tremendos sacrificios que tuvieron la valentía de protagonizar por vencer al mal... Impresionante, realmente impresionante...

    15. Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta. Novela breve de iniciación, de amor de estío como apunta el título, con una prosa poética preciosa, llena de luz, de color, de sensaciones, de frescura… Una joyita

    16. Filtro de amor, de Louise Erdrich. Ésta sí es una buena novela protagonizada por indios norteamericanos, con personajes femeninos sobre todo tremendamente potentes, como potente es la voz de la narradora y todo lo que cuenta. Y además forma parte de una tetralogía que seguramente acabaré leyendo, que la cosa promete…

    17. Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi. Un viejo periodista, viudo que vive sin sobresaltos y se encarga de la página cultural de un periódico lisboeta, conoce a una pareja de jóvenes activistas contra el fascismo que recorre Europa y la calma aparente deviene tempestad en parte bienvenida, en parte maldita. Novela de las que a mí más me gustan, preciosa y triste a la vez, dura y tierna a un tiempo, conmovedora para bien y para mal. Imprescindible.

    18. Dublineses, de James Joyce. Un libro de relatos de un sin duda grandísimo escritor… que se me escapa. Pero bueno, sólo por leer el cuento titulado “Los muertos”, que es realmente delicioso incluso para un lector como yo, que sé que no le saco todo el jugo posible, vale la pena el esfuerzo.

    19. Libertad, de Jonathan Franzen. Esta novela, que me llegó precedida de las mejores críticas –me suena algo así como la “Guerra y paz” del siglo XXI, por ejemplo- me recordó pronto a “Pastoral americana”, y la verdad, yo me quedo con Roth de largo, para leer sobre la gran farsa del sueño americano –que ya es la pesadilla global-.

    20. Catedral, de Raymond Carver. Otro gran cuentista que a mí no me dice nada, y es que creo que no lo he dicho por aquí todavía, que la literatura que llega de los Estados Unidos y yo, salvo contadas excepciones, no hacemos buenas migas… E iba a añadir que es curioso, porque luego, cuando me gusta un autor no es que me guste, es que me fascina –caso de John Steinbeck, Jim Harrison…-, pero es que creo que en parte es porque son distintos del resto, entre otras cosas creando personajes más fuertes, y a la vez siendo menos indulgentes con ellos, justificándoles menos, compadeciéndoles menos cuando son o se muestran débiles.

    ResponderEliminar
  18. 21. Los autonautas de la cosmopista, de Julio Cortázar. Para los que seáis fans del genial escritor argentino: No os perdáis este libro, si no lo habéis leído todavía. Divertido y loco, y también tierno y triste: lo primero porque el amor que se profesaban Carol Dunlop y el autor recorre todo el libro; lo segundo no lo cuento, para aquellas que no sepan cómo termina.

    22. Los náufragos del Batavía, de Simon Leys. Novelita corta que muestra todo el horror que supone que un barco se vaya a pique y peor todavía, que tras la supervivencia se esconda una pesadilla todavía peor. Y sin embargo no consiguió aterrorizarme…

    23. La calera, de Thomas Bernhard. Una mujer paralítica es asesinada por su marido en la casa en la que se habían recluido voluntariamente, para que él pueda escribir gracias a ese aislamiento un estudio sobre el oído. Con semejante punto de partida, no acababa de decidirme a empezarla por la fama de difícil del autor, y realmente lo es, tanto que pese a admirar cómo consigue lo que se propuso, esto es escribir como podemos hablar, repitiéndonos, volviendo a decir lo mismo una y mil veces de manera distinta pero parecida, con coletillas, vacilaciones, dudas… llegué al final del libro con ganas de que se acabara ya ese tormento, y sin ninguna gana de volver a leerle, la verdad, aún a sabiendas de que seguro que me pierdo algo grande.

    24. La noche, de Francisco Tario. Leí que sus cuentos tenían mucho de Cortázar, y yo digo que tienen algo. Vamos, que sí, que tienen mucho de fantástico, y sentido del humor, pero donde esté el maestro…

    25. Cosmética del enemigo, de Amélie Nothomb. Un viajero se ve obligado a esperar a que salga su avión, con retraso sobre el horario previsto, y a aguantar la perorata de un tipo que se empeña en hablarle pese a que él le pide que le deje en paz. Y cada minuto que pasa se sumerge en una pesadilla cada vez más atroz. Otra novelita de las suyas, y ya dije por aquí que a mí me gusta su estilo.

    26. Réquiem por un campesino español. Ramón J. Sénder. Conmovedora novela, en la que un cura que va a decir misa por un joven difunto nos va narrando los hechos que le llevaron a la muerte, contándonos con esta historia lo que en realidad fue la Historia de muchos españoles durante la maldita guerra civil, en muchos de nuestros pueblos, una Historia hecha de la ley del más desalmado, de miedo del poderoso de perder sus privilegios a manos del pueblo, de abuso de ese poder hasta llegar al asesinato de inocentes por viejas rencillas… Terrible…

    27. Desgracia, de J.M. Coetzee. Después de mi tercer Coetzee, "Desgracia", y teniendo en cuenta que la novela con que le descubrí, "Esperando a los bárbaros", sigue todavía dando vueltas en mi cabeza dos años después de acabarla, tengo claro que le voy a leer enterito, y me atrevería a decir que de los autores vivos que conozco pocos como él se me antojan ya imprescindibles. Recomendadísimo si como lectores os gusta sentiros interpelados y si como Kafka entendéis que un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro, si a la lectura le pedís que os conmueva.

    28. La verdad sobre Marie. Jean-Philippe Toussaint. La verdad es que este escritor te pone en palabras toda una película sólo para tus ojos, pero esta novela, a la que llegué persiguiendo una escena antológica protagonizada por un caballo, no me dio tanto como me prometía, también por tratar de una mujer que cuando el tipo con el que acaba de hacer el amor muere, llama a su ex, que a su vez está en la cama con otra, para que la ayude a superar ese trance.

    29. El espantapájaros. Nathaniel Hawthorne. Fábula triste en la que una bruja da vida al personaje que da título al cuento para que éste seduzca a la hija de un magistrado con el que parece tener una cuenta pendiente, y con la que el autor, a mi entender, denuncia lo vanidosos y volubles que somos los seres humanos, cómo juzgamos según las apariencias…

    ResponderEliminar
  19. 30. En las nubes. Ian McEwan. El autor nos mete en la piel de un niño de diez años cuyas fantasías, que se dividen en distintos episodios narrados con sentido del humor, dejan bien retratados a los patéticos adultos. Curioso.

    31. La ciudad de los prodigios. Eduardo Mendoza. A mí esta ascensión de un don nadie hasta lo más alto de la sociedad barcelonesa del periodo comprendido entre las exposiciones universales de 1888 y 1929, que me empezó enganchando sobre todo por eso, por el retrato de mi ciudad natal en otro tiempo, me acabó pareciendo casi una astracanada. Demasiado delirante para mi gusto.

    32. Un altar per la mare. Ferdinando Camon. Deliciosa novelita, homenaje a la madre fallecida del narrador, lamentablemente sólo editada en catalán, hasta la fecha. Da el tono de la obra como nadie el propio autor, claro, en el prefacio: “Una persona buena, por más que miserable, inculta, analfabeta, mal hablada, mal vestida, descalza, que nunca nadie nota ni fotografía, ni se la escucha o le da las gracias, puede merecer la inmortalidad más que capitostes, banqueros, políticos, aventureros. No es la fuerza la que salva a la humanidad, sino esa forma particular de amor que se llama bondad, yo no tengo ninguna duda de que el personaje que describo aquí se haya salvado, merezca el recuerdo y esté en la gloria. No sé cuántos personajes de la gran historia oficial, los ultrapotentes, los superganadores, los dominadores globales, se han salvado y merecen el recuerdo. Quizá ninguno.”

    33. Amor, ira y locura. Marie Vieux-Chauvet. Se trata de tres novelas breves tremendas. En la primera, que debería titularse “Odio”, a mi juicio, o “Amor / odio”, tres hermanas muy distintas entre sí tratan de ganarse al marido de una de ella cada una a su manera, en una ciudad corrupta y violenta que es un personaje más de la obra. En “Ira”, los militares se adueñan por la fuerza de las tierras de una familia que acabará hundiéndose también moralmente, en su afán por salvar(se) lo que se pueda. Y “Locura” es la lucha del débil contra el poder en un mundo regido por la ley del más fuerte. Y el conjunto enojó tanto al dictador haitiano François Duvalier que sus represalias dieron como resultado la muerte de dos sobrinos de la autora y la desaparición de un tercero. Claro que no es extraño, y es que cada texto llama a su manera a la rebelión. A destacar también la capacidad evocativa de la autora del mundo exterior y del mundo interior de los personajes, que me recuerda a la de una de mis escritoras favoritas, Virginia Woolf, aunque su estilo sea bien distinto, menos poético y elaborado, más crudo y directo. (http://www.acantilado.es/catalogo/amor-ira-y-locura-587.htm )


    34. El meior amigo del oso. Arto Paasilinna. Enloquecida novela en la que un pastor protestante recibe como regalo a un animal que le servirá de excusa para dar un giro radical a su vida. Divertida, sólo que al final se me hizo un poco larga.


    35. Ara que estem junts. Roc Casagran. Dos hermanos gemelos son separados por culpa de la Guerra Civil, quedando uno de ellos, con problemas de salud, a manos de sus abuelos en un pueblecito del norte de Catalunya, el otro al otro lado de la frontera, en el terrible campo de refugiados de Argelers, donde fueron a parar tantos exiliados forzosos cuando intentaban huir del terror franquista. Interesante como recreación histórica, más que como novela.

    36. El palacio de la luna. Paul Auster. Mi primera lectura de este escritor me dejó un poco entre dos aguas: tiene cosas buenas, no digo que no, por ejemplo me gusta su discurso y me alegraron algunas escenas, pero también se me hizo larga la novela sin serlo, en parte porque creo que a veces no tiene medida, que mete cosas sin ton ni son, que se abona… A ver qué tal, cuando vuelva a hincarle el diente…


    ResponderEliminar
  20. 37. Hace cuarenta años. Maria van Rysselberghe. La narradora, en esta novela breve se dice que autobiográfica, rememora cuatro décadas después cómo ella y un gran amigo suyo y de su marido, casado también, descubren que se han enamorado y cómo logran no sucumbir al deseo que la pasión les despierta. Y lo hace de un modo sublime, sólo que a mí me cabreó esa renuncia, me dio rabia que no se dejaran llevar al final por la pasión, ese sacrificio hizo que no me los creyera, jejeje…

    38. La nave de los muertos. Bruno Traven. Un marinero pierde el barco en que estaba enrolado y tras interminables peripecias que sirven al autor para cargar contra el sistema surgido a partir del final de la Primera Guerra Mundial –preponderancia de los Estados y de la burocracia, para mejor controlar al individuo-, se embarca en el Yorikke, símbolo de la explotación del hombre más desarraigado a manos de sus semejantes. Desoladora y desolada crítica, en definitiva, aunque aderezada con mucho humor, afortunadamente. Humor amargo, claro está…


    39. Seaview. Toby Olson. Compré esta novela por Melinda, una enferma de cáncer que quería alcanzar el mar que la vio nacer; por Allen, el marido que busca una forma de entenderla de forma total antes de que se vaya; y porque en su camino se se cruzan con un indio que ha sido requerido por las tribus del Este para reclamar la propiedad de un campo de golf, pero ahí me quedé, en las primeras cien páginas. ¿La culpa? Me temo que fue de una pésima traducción…

    40. El crimen del soldado. Erri de Luca. "Desde la caída del régimen nazi que tanto luchó por defender, un viejo criminal de guerra repite una y otra vez la misma frase: 'El crimen del soldado es la derrota.' Su hija, en cambio, cree que hay crímenes injustificables, como los de su padre. Después de escapar de los Aliados, él adopta otra identidad y se convierte en cartero. Sin embargo, vive obsesionado con que lo reconozcan, atormentado por el motivo del fracaso nazi. Ella, por su parte, ha crecido añorando a un muchacho sordomudo que le enseñó a flotar en el agua cuando era niña, en las vacaciones de verano en Ischia, acaso en contraposición al peso que supone vivir sabiéndose la hija de un asesino." Ésta es la sinopsis, algo corregida por mí, que puede leerse en la contraportada de "El crimen del soldado", de Erri De Luca, una de las mejores novelas que he leído, del tirón en una sola tarde, en los últimos meses. Así, ya puedo decir que este escritor es otro de los que voy a seguir visitando en adelante. Y es que si ya en la primera novela que le leí, "El peso de la mariposa", me gustaron su voz, sus planteamientos, la originalidad de la trama (http://www.siruela.com/catalogo.php?&id_libro=1506 ) y su estilo lírico y contundente a la vez, su escritura visceral y entrañable, salida me parece a mí -y como me gusta- del estómago y de la tierra -aunque para elevarse hasta el corazón y a cimas más altas, con ésta me ha convencido del todo. Veremos qué tal a la tercera.

    ResponderEliminar
  21. 41. El último encuentro. Sandor Marai. Copio de la web de la editorial Salamandra: “Dos hombres mayores, que de jóvenes habían sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años sin verse. Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer. La tensión aumenta, línea tras línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un incontenible impulso vital.”

    42. Los bosnios. Velibor Colic. Copio de la web de la editorial Periférica: “Los Balcanes, años 90… He aquí la estremecedora novela de una época terrible. He aquí un libro de relatos emocionante y lúcido sobre los muertos de aquella guerra: lápidas, casi, más que capítulos. He aquí, también, la autobiografía de su narrador, un joven escritor bosnio convertido en soldado en medio del Apocalipsis.
    Los hombres y mujeres de cada bando, las palabras comunes (y las diferentes), las ciudades arrasadas… Y, escasos como diamantes, algunos pequeños gestos de bondad y ternura en medio de la barbarie. Son éstos, junto al bienvenido humor, los únicos momentos de «descanso» que tendrá el lector de (…) “Los bosnios”

    43. La bailarina. Ogai Mori. Un joven japonés, estudiante de Medicina, se debate entre seguir adelante con su carrera profesional y el apasionado amor que ha surgido entre él y una bailarina alemana que vive casi en la miseria, durante la estancia del primero en el Viejo Continente. Novela corta, narrada con una prosa bella y sencilla a la vez, me irritó casi tanto como “Hace cuarenta años”, y hasta aquí puedo leer.

    44. El mar. John Banville. Tras la reciente muerte de su esposa después de una larga enfermedad, el historiador de arte Max Morden se retira a escribir al pueblo costero en el que de niño veraneó junto a sus padres. Esta novela debería haberme conmovido, pero no lo consiguió, muy a mi pesar.

    45. Viure sense el meu fill. Josep Gironés. Como “Ara que estem junts”, más interesante como recreación histórica que como artefacto literario: la narradora es una mujer anciana que asiste al entierro del hijo que le robaron en la Guerra Civil. Con ella descubrimos cómo ocurrió todo, lo que vivió después, y la relación que surgirá entre ella y su nuera, tras darse a conocer la madre al acabar el sepelio.

    46. El gato. Georges Simenon. Como no me va la novela negra, de detectives, pero a la vez tenía curiosidad por leer al padre del inspector Maigret, tan popular, elegí esta novela que narra cómo dos ancianos que se casan para combatir la soledad acaban convirtiéndose, sobre todo a partir de la desaparición del gato de él, en enemigos acérrimos enzarzados en una guerra sin cuartel en el día a día, dentro y fuera del hogar. Y la verdad es que me gustó mucho, tanto que suscribo lo que se lee en la web de la editorial Acantilado, que dice el crítico colombiano Jorge Iván Parra: “Simenon ha compuesto una joya de la novela psicológica o intimista: un tragicómico cuadro aterrador que, al principio, nos entretiene con su humor gris, pero que después nos conmueve, nos sobrecoge y termina amargándonos la vida.” Le volveré a leer, seguramente. (http://www.acantilado.es/novedades/el-gato-603.htm )


    47. El sentido de un final. Julian Barnes. A tres inseparables amigos del instituto se une un cuarto, nuevo en clase, y con él empiezan a cambiar algunas cosas. Hasta que la vida de este último da un trágico vuelco y todo vuelve a empezar, sin que nada vuelva a ser igual. Quería yo leer algo más alrededor de la amistad, y por eso elegí esta novela, pero ya me avisaron que no era de lo mejor de Barnes. Habrá que probar con otra, mejor.




    ResponderEliminar
  22. 48. Señora de rojo sobre fondo gris. Miguel Delibes. Conmovedora novela en la que un pintor rememora la vida de la que fue su gran amor, su esposa fallecida recientemente. Sin embargo, Delibes no acaba de convencerme nunca del todo.

    49. Hombres. Laurent Mauvignier. Me ha encantado. Seguro que el autor no ha inventado nada –dicen que recuerda en algo a Faulkner- pero yo, que con el escritor norteamericano no puedo, ¡hacía tiempo que no daba con nada que me pareciera tan distinto a todo lo demás, tan original! Y además de cómo lo cuenta, lo que cuenta... Empieza la novela con el típico borracho sesentón guarro, casi un indigente, que acude a la fiesta de cumpleaños de su hermana dentro de sus posibilidades todo endomingado, y para sorpresa y enojo de todos los invitados, también familiares, amigos y vecinos, que a la mayoría les ha sableado alguna vez porque no tiene un duro, le regala una joya que debe valer una pasta. Y la cosa acaba como el rosario de la aurora, en gran parte porque él, como otros personajes de la historia, son excombatientes de la guerra de Argelia, de la que nadie en Francia quiere acordarse... Y de hecho ése es el tema principal de "Hombres"... Buenísima...


    50. Paradero desconocido. Kressmann Taylor. Si os interesan las novelas que tratan del horror nazi, no os perdáis "Paradero desconocido", de Kathrine Kressmann Taylor. Son sólo 80 páginas, en forma de cartas cruzadas entre dos amigos y socios de una galería de arte uno de los cuales deja Estados Unidos para regresar a Alemania justo cuando Hitler llega al poder, que se leen con gran facilidad, y posiblemente de una tacada, porque es que es un libro que no puedes soltar, que conmueve terriblemente primero y que congratula después. Impresionante, e imprescindible en su aparente sencillez.

    51. La sonrisa etrusca. José Luis Sampedro. Un viejo partisano se instala en casa de su hijo, en Milán, para luchar mejor contra el cáncer que está acabando con él, y allí descubre cuánto amor puede despertarle su nieto, y también, todavía, una mujer. Y así esta novela también debería haberme conmovido, más de lo que lo hizo. Pero bueno, qué se le va a hacer, siempre me quedará el recuerdo de Sampedro como pensador, su ejemplo como luchador contra las injusticias.

    52. Suite Barcelona. Jordi Carrió. Editada sólo en catalán, y yo que lo siento, porque… Uno de los mejores libros que he saboreado nunca –pote pequeño, excelsa confitura-, de los más conmovedores, bello y triste, como a este masoquista le gusta…Además de una edición preciosa, de orfebre para esta joya, cuarenta y seis perlas engarzadas en una obra magna, puros poemas en prosa, presentados en forma de dietario, para acompañar al personaje que lo escribe del paraíso que es disfrutar del amor, la amistad y la cultura –de la vida, en definitiva- en la ciudad amada, hasta el infierno en que acaban viviendo –y muriendo- aquellos que se quedan a resistir(se) el sitio que concluirá el once de septiembre de 1714, aquellos que luchan –también con la palabra, la pluma y el papel- por preservar el habla, la libertad de pensamiento, el concepto propio de patria… Extraordinaria “Suite Barcelona”, en serio. Con añadir que después de la primera lectura, la noche del mismo día volví a leerla para paladearla reposada… Y yo no acostumbro a hacer esas cosas…

    53. Versión mejorada (o corregida). Peter Esterhazy. Tras dedicar un libro a honrar la memoria de su padre, “Armonía celestial”, el escritor descubrió que éste en realidad había sido lo peor: confidente de la policía secreta húngara, un delator. Y de eso trata esta novela… que dejé pronto, no me gustó nada.


    54. La gente de July. Nadine Gordimer. Otra mala traducción, me temo, que me estropea una novela que imagino buena. Trata de una familia de blancos que cuando las cosas se ponen feas en Sudáfrica huyen, protegidos por el que había sido hasta la fecha su criado. Habrá que leer otra de esta premio Nobel, que un cuento suyo me entusiasmó.



    ResponderEliminar
  23. 1. Intemperie. Jesús Carrasco. Magnífico debut de este escritor extremeño. Un niño que huye no sabemos de qué exactamente aunque sí de quién, del Alguacil, topa con un pastor de cabras y ese encuentro les cambiará la vida a los dos.

    2. El cobrador. Rubem Fonseca. Otro libro de cuentos que me deja frío, y eso que los relatos me parecen casi pornográficos. Será porque a mí me pone mucho más el erotismo…

    3. La sangre negra. Louis Guilloux. Esta novela arranca muy bien, para mi gusto, con un personaje extravagante, un profesor de instituto, rodeado de enemigos y también de algunos pocos admiradores, entre sus antiguos alumnos. Luego ves que lo mejor quizá sea la crítica “contra los burgueses que envían a sus hijos al matadero y luego se pasean por las calles engalanadas, entonando loas a la patria”, hasta que se dan cuenta de lo que han hecho y se maldicen a sí mismos por gilipollas. Lo malo, que me sonaba demasiado la película, conforme iba leyendo. Me recordaba mucho a Kafka, y luego a otros freaks de la literatura como puede ser el Ignatius Really de “La conjura de los necios”. Claro que esta obra es posterior a la que aquí me ocupa, pero en fin, lo peor fue que al final se me hizo pesada, tenía ya ganas de cerrar el libro…

    ResponderEliminar

Si quieres comentar algo, escribe tu mensaje aquí: