miércoles, 11 de abril de 2012

21/30. Uno de cuentos (no valen antologías): Historias de Valcanillo, de Tomás Salvador

Valcanillo es un lugarejo de unas trescientas casas –terrosas paredes y amarillentos tejados-, con tantos vecinos como casas, que se orea expuesto a las intemperies de la vieja piel de toro, situado, exactamente, en el centro mismo de la Rosa de los Vientos.

Pueblo castellano, de Darío de Regollos y Valdés

Este no es exactamente un libro de cuentos, según se mire es una novela que contiene pequeñas historias, o varios cuentos conectados entre sí. Todo lo que en él se relata acontece en un pequeño pueblo castellano a principios de siglo pasado. La historia abarca varias décadas y no se puede situar en el tiempo (que yo recuerde) cada relato, aunque alguno pudo ser tras la guerra civil, pero no es ese un tema sobre el que el autor se extienda, más que de situaciones sociales o políticas se habla de personas, seres humildes que habitan un pueblo humilde, y el narrador es el más humilde de todos, aquel al que llaman Jacintón, el tonto del pueblo, que en vida no hizo más que deambular de un lado a otro sin ningún propósito, sustentarse de lo que le daban los demás, hacer reír con sus previsibles llantinas y sus respuestas de: “Porque me da la gana”. Después de su muerte, tras una serie de aventuras en el más allá, acaba volviendo a Valcanillo para ser su cronista fantasma y, casi, un ángel de la guarda.

Las crónicas de Jacintón son historias independientes ocurridas en el pueblo, producto del amor, del odio y de toda serie de sentimientos que se albergan en el corazón de sus paisanos, y que Jacintón vive como suyos porque lleva al pueblo y sus habitantes muy dentro de él, los ama de una manera profunda y sin restricciones, de ahí que a veces parezca un ángel de la guarda y le cueste amoldarse a su papel meramente espiritual. Consigue hacernos querer ese pequeño lugar perdido en la llanura castellana, y desear lo mejor a cada uno de los protagonistas, además de recordar otro libro también muy querido por mí: Don Camilo, un mundo pequeño, de Giovanni Guareschi, aunque aquí se sustituye lo hilarante del cura comunista y temperamental por lo entrañable del bueno de Jacintón.

Fue el primer libro de Tomás Salvador y realmente lo escribió con pulso de narrador experimentado: inventó este pueblo llamado Valcanillo, que podría llamarse de muchas otras maneras porque todos, o casi todos, tenemos un Valcanillo en mente, un pueblo pequeño y querido donde las gentes se conocen y conviven, un pueblito en el que suele haber alguien a quien llaman el tonto, víctima de burlas pero también de cariño desinteresado, que quien sabe si un día se convertirá en el mejor cronista que el lugar nunca tuvo.

7 comentarios:

  1. Otro autor desconocido, empiezo a preocuparme. Qué obra tan pintoresca, ¡debe ser una delicia leerla!

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  2. Si, lo es. Una de esas joyas que encuentras un día por casualidad en una librería de viejo...

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  3. ¡Qué maravilla de crítica, Lola, se nota que te enamoraste de este libro, que lo disfrutaste de cabo a rabo, qué ganas da de leerlo, leyéndote! ¿Tan bueno es, de verdad? Porque a mí me ocurre como a Andrómeda, que ni siquiera había oído hablar ni de la obra ni del autor...

    Yo, por mi parte, me voy a repetir un poco más y a extenderme muy poco. Mi libro de cuentos es "Cuentos completos" de Julio Cortázar, el mejor cuentista de la historia de la literatura universal. Y punto pelota. ;-D

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  4. Gracias. En este entrada quise hacer un homenaje a este libro, que para mí fue muy especial. No se si a ti te gustaría, tampoco se si resistiría una segunda lectura pero en su día me proporcionó gratas horas de lectura y se me hizo muy entrañable.

    Reconozco que, como cuentista, Cortázar es el mejor que conozco. Bien es verdad que no suelo leer muchos cuentos porque prefiero la novela y, por tanto, no tengo mucho con que comparar, pero aun así sigo pensando que es genial.

    Hace años hicimos un grupo de lectura, nos llamábamos medio en broma "El club de la garra", leímos casi todos los cuentos de Cortázar (yo los tengo en una antología de Alfaguara) y lo pasamos muy bien.
    Lo de la garra es por aquello que hace Cortázar en muchos de sus relatos, ese giro, esa vuelta de tuerca, ese susto final...

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  5. Gracias a ti, la verdad es que pregunté por curiosidad porque yo casi que leo sólo novela, también, jejeje...

    Supongo que tenemos la misma edición, los dos tomazos de cuentos completos de Cortázar, y está gracioso eso de El club de la garra, recuerda a su cuento Estación de la mano. ;-)

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  6. Lo bueno de ser de pueblo es que conoces a autores no muy comunes,sobre todo si has ido a un colegio situado en la calle Toma Salvador,y has tenido la suerte de ver en directo como el autor descubría la placa con su nombre. Fue hace muchos años,y el pueblo es Villada,por cierto,su lugar de nacimiento.Su obra es digna de leerse, aunque Cortázar....Salud.

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  7. Encontré un ejemplar de esta obrita en la basura siendo yo un niño, lo que dio pie a que me aficionara al buen hacer de Tomás Salvador a parir de ese momento.

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